Félix Velasco | Dibujante

«Llevamos treinta años luchando por el cómic y estamos recogiendo lo sembrado»

Un reconocimiento a su valor cultural que se traduce en la publicación en este formato de todo tipo de historias, más allá del cómic tradicional, como es el caso de la villa romana de La Olmeda, que ya cuenta con un cómic propio gracias al trabajo de tres profesionales que llevan décadas dedicando sus esfuerzos a este arte. Se trata de Félix Velasco, educador e ilustrador; Jaime Gutiérrez, arqueólogo y doctor en Historia, y Francisco Javier Gómez, escritor, ilustrador y profesor de la Escuela de Artes de Palencia. Del trabajo conjunto de los tres ha surgido 'Las familias de La Olmeda: Honestiores y Humillores'.

La vida en este vestigio romano durante el siglo IV es el hilo conductor de este cómic, que nació como un proyecto propio y autónomo pero que ha podido salir adelante gracias al apoyo de la Diputación Provincial, institución que se ha encargado de su edición. A través de esta novela gráfica, sus autores se adentran en el Imperio Romano y relatan el día a día de sus habitantes. El dibujante Félix Velasco ha presentado en el Ateneo de Palencia esta obra, repasando de qué forma se ha llevado a cabo y abordando el buen estado de salud del que goza actualmente el llamado noveno arte.

–¿Por qué escogió La Olmeda para el cómic?

–Quería hacerlo no solo porque tiene más proyección y más impacto, sino también como un reto para mí. Realmente lo elegí como un reto porque yo lo que he hecho es cómics prehistóricos, he trabajado con Atapuerca, por ejemplo. Sin embargo, me gustan mucho también otras épocas y La Olmeda suponía tocar el mundo romano.

–Antes de dibujar, es necesario un trabajo de documentación...

–Sí, en lo que yo hago, que es cómic histórico, sí. Es fundamental. Antes de dibujar nada lo primero que hice fue bucear no solo en La Olmeda, no solo en los mosaicos y restos arqueológicos y objetos hallados, sino también en todo lo que hemos encontrado en Internet sobre villas romanas, frescos mosaicos y esculturas del siglo IV. Es decir, en todo el Imperio Romano para ayudarme a tener una visión y luego adaptarlo a mi cómic. Porque era un imperio y era una civilización muy extendida.

–¿Tenía claro lo que quería plasmar o surge tras el proceso de documentación?

–No lo tenía claro. Tenía claro que tenía que bucear, investigar mucho. Yo no soy guionista y me costó mucho lo primero, que es un argumento. Mi esposa y Félix Ruiz, mi amigo dibujante, me ayudaron para crear por lo menos un argumento mínimo. Y Jaime Gutiérrez también me dió pistas. Ahí fue surgiendo el argumento, pero sí que tenía claro que quería tocar el tema del cristianismo, que estaba extendiéndose por todo el Imperio Romano. Sobre todo, tenía claro el mostrar cómo vivían los poderosos, los dueños de la villa, y los jóvenes, los siervos, los agricultores o los colonos. Así se llama el cómic, 'Honestiores y Humillores'.

–¿Qué aporta el cómic en una historia como esta frente a la literatura narrativa?

–Yo creo que el cómic puede transportar al lector todavía más. Una novela lo hace pero yo creo que, al igual que una película te puede ayudar a viajar más visualizando y reproduciendo escenarios, el cómic te aporta esa parte visual. Porque en el cómic, aunque se use texto, realmente lo importante es lo visual. Que los dibujos sean bonitos y que los dibujos cuenten.

–¿Percibe que crece el interés por el cómic?

–Sí, sí. Siempre lo digo. Hay dos puntos de vista. El del lector y el del profesional del cómic. El del lector es maravilloso porque a finales de los noventa hubo un gran pesimismo porque veníamos del 'boom' del cómic de los años ochenta y surgió la competencia en los videojuegos y en el cine porque habían evolucionado los efectos especiales y había mucha incertidumbre, pero desde finales de la primera década del siglo hemos visto que ha explotado, sobre todo, la novela gráfica. Autores como Paco Roca han logrado captar a lectores jóvenes, lectores que no solo leen superhéroes y manga, sino que leen mucho y que leen, sobre todo, novela gráfica. Otra cosa es la industria, ya que casi ningún autor vive publicando para España, tenemos muchos dibujantes autores pero que realmente trabajan para Estados Unidos, Francia y Brasil. Hay una dicotomía.

–¿Aquí en Palencia notan esa acogida?

–Sí, sí. Yo, personalmente, sí estoy contento de estos últimos años, sobre todo del apoyo de la Biblioteca Pública, donde durante estos últimos diez años hemos lanzado varias obras en varios eventos, hemos organizado diferentes actos y donde notamos mucha más sensibilidad que antes. Yo por lo menos lo noto. Hay personas que nunca habían leído un tebeo y que ahora están empezando a leer de mayores y se han reenganchado. Aunque llevamos treinta años luchando por el cómic, estamos recogiendo ahora lo sembrado.