«Llevábamos ocho meses con esa navaja en el cuello y jugar así es difícil»

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Exhibición de un Zunder Palencia sin presión en Bilbao

El técnico sevillano se mostró muy orgulloso del trabajo de sus jugadores durante la semana y de los valores que transmitieron durante los cuarenta minutos del encuentro en el Bilbao Arena. «Es algo que vale muchas veces más que ganar o perder, mostrar una serie de valores que han mostrado estos jugadores de compromiso por esta ciudad, este club y esta afición. Soy afortunado de haberlos entrenado esta temporada y todavía nos quedan dos partidos para seguir mostrando esto pese al descenso y esperemos sumar alguna victoria más que nos permita que esta afición que nos acompaña a todos los sitios se vaya con un buen sabor de boca tras este año viviendo el sueño de la liga ACB», afirma Luis Guil.

Una vez liberados de la presión de luchar por conseguir la permanencia, el conjunto palentino dejó uno de sus mejores partidos de la temporada en Bilbao. Con confianza, desparpajo y mostrando un ímpetu para lograr el triunfo que pasó por encima al cuadro bilbaíno. «Desde mi llegada, el compromiso de los jugadores ha sido extremo. Entrenar a este equipo cada día ha sido muy fácil y nos ha faltado un poco competir los partidos. Al final hay muchos jugadores en este equipo que no han jugado nunca en la ACB. Eso supone un peso y con tanta derrota hace que tengas una mochila que lo hace más difícil. Tenía claro que íbamos a jugar bien en Bilbao al liberarnos de esa presión. Llevábamos ocho meses con esa navaja en el cuello y jugar así a baloncesto es difícil, y más todavía sin jugadores con experiencia previa en esas situaciones», reconoce Luis Guil.

Miribilla fue una auténtica fiesta morada desde antes incluso del comienzo del partido. Los aficionados palentinos recibieron a los suyos por la puerta grande con bengalas y cánticos cuando faltaba más de una hora para el choque. Durante el mismo, el sentimiento palentino se hizo notar incluso por encima de una afición ruidosa como la del Bilbao Basket. «Nuestra afición no la puedo describir. Llegar al Pabellón después de haber descendido el pasado fin de semana y tener al público esperando como si fueras a jugar una final. Esto no me ha ocurrido muchas veces, ni ganando campeonatos. Esto es un valor muy grande de este club y esta ciudad, que hace que el proyecto del Zunder Palencia tenga un futuro muy largo. Al final, lo más importante es la masa social y jugamos para esto. Tengo mucha experiencia por el mundo, he estado en Japón y no he visto esto en mi vida», señala Luis Guil.

En el encuentro ante Bilbao llegó el premio para Chema González y Manu Rodríguez. Estos dos artífices del ascenso la pasada campaña han contado durante todo el año con un rol muy secundario y sin apenas minutos. El pívot zaragozano dispuso de varios minutos en pista y dejó dos mates, mientras que el escolta granadino entró en los últimos instantes y dejó un dos más uno de gran clase para el disfrute de la afición palentina. «La entrada de Chema es porque se lo merece. Yo he empezado una rotación normal, la misma de toda la temporada, con el mismo objetivo. No han respondido en una rotación y he metido a Chema. También creo que el Hlinason era un jugador propicio para la defensa de Chema. También la última entrada de Manu, que es un momento dado del partido que está terminado. He de reconocer el increíble trabajo que ha hecho esta temporada. Para mí es un jugador profesionalmente hablando de 20. Ha hecho todo lo posible para ayudarnos cada día, sin ningún reproche», concluye Luis Guil.