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El himno de Palencia se encuentra de celebración. El pasado 14 de diciembre se cumplía un siglo desde que se interpretase por primera vez en ... público, aunque no fue hasta el 20 de febrero de 1925 cuando se estrenó, una efeméride que bien merecía un acto para rendir homenaje a la composición de Antonio Guzmán Ricis con letra de Ambrosio Garrachón Bengoa. Ha sido el historiador, músico y folclorista Carlos Porro, uno de los mayores conocedores de esta composición, el encargado de exponer la singularidad de este himno, que se ha convertido en un verdadero símbolo a lo largo y ancho de la provincia de Palencia. «Es de los pocos himnos nacionales en España que no tiene carácter social ni político, que es lo que los autores querían siempre. Guzmán Ricis y Garrachón Bengoa quisieron que tuviera un carácter humano y social, lejos de todo enfrentamiento de poderes políticos o de comunidades, que es en lo que radica que hoy en día se cante, se toque y se baile si es necesario, fuera de la liturgia política. Los dos autores querían que fuera un himno popular y que formara parte de la identidad del pueblo de Palencia», explica Carlos Porro.
El experto resalta que es un himno que forma parte de las reuniones de los amigos, de las celebraciones y de cualquier elemento de cultura como algo propio de la esencia de los palentinos». Además, es una composición que ha trascendido varias generaciones hasta el día de hoy, ya que es habitual escucharlo en eventos cotidianos como pueden ser los partidos de baloncesto.
«Yo creo que a los maestros de ese momento les hubiera parecido maravilloso que fuera parte del mundo popular y de la propia esencia de Palencia», señala Porro. También es cierto es que hasta los años 80 y 90, el himno era enseñado en las aulas y, por ello, los palentinos más pequeños y jóvenes conocían su letra, algo que ahora no ocurre así, según lamenta. «Hasta hace muy pocos años se aprendía en los colegios, se hacían octavillas o se regalaba con los calendarios y todos esos elementos contribuyeron a que fuera una composición que no haya envejecido con el paso de los años», asegura el etnógrafo.
El historiador destaca el carácter social que tiene el himno, alejado de cualquier interés político. «Yo creo que se confunde un poco que el tema de los himnos está vinculado a un régimen político determinado, cuando el de Palencia es casi el único que se salva de ese conflicto». En líneas generales, el estado en el que se encuentra actualmente el himno es muy bueno, ya que es muy reconocido por todos los palentinos. «El hecho de que ahora esté tan en boca el baloncesto y que se cante y que se toque en los partidos, me parece una cosa espectacular y de reconocimiento a los autores magistral, porque esa es la esencia que querían, que fuera popular y reconocido por la provincia. Y yo creo que lo estamos logrando, con sus altibajos, pero bueno, ahí está», sostiene Porro.
'Dios te salve, Palencia querida, Dios te salve, granero de España'… Así comienza la composición de Antonio Guzmán Ricis, aquel joven pacense de 28 años que llegó desde Cuenca, con la plaza ganada por oposición para dirigir la Banda Municipal de Música. Su llegada supuso una auténtica revolución en la vida musical de la provincia. «En poco tiempo replanteó toda la Banda Municipal, creó la escuela, la academia de música y el conservatorio de música», explica a Ical Carlos Porro.
Eso solo fue el comienzo, en apenas dos meses y medio de su llegada, fue capaz de crear un himno dedicado a la provincia de Palencia. Su presentación en sociedad fue en el Teatro Principal, que registró un lleno absoluto y sería el marco único para ese estreno que contó con 'Los Exploradores de Palencia', una coral de jóvenes de la provincia que actuaron como cantantes principales. El espectáculo contó también con el Coro Catedralicio, algunos cantantes del Teatro Real de Madrid y acompañamiento de cuerda llegado desde Madrid «ya que Palencia no tenía en aquel momento, además de actuaciones musicales de diferentes músicos de la ciudad», señala Carlos Porro.
Pese al gran trabajo de Antonio Guzmán Ricis, los inicios no se presentaron fáciles a su llegada a la ciudad. «Cuando llegó, empezó a trabajar con una Banda Municipal que estaba cerca de extinguirse, de hecho varios concejales del Ayuntamiento plantearon la idea de que se disolviera», apunta el historiador palentino. «Hablamos del himno, pero también consiguió que la Banda Municipal durase cien años más», apostilla.
Durante aquellos años nació en muchos lugares el sentimiento del conocido regionalismo, una época con un desarrollo cultural, filosófico vinculado hacia crear identidad en las regiones y en las provincias y eso, en gran parte, se lograba con los himnos. «Los himnos eran elementos de impulso de cada provincia», asegura Carlos Porro, que afirma que por aquel entonces también se crearon himnos de otras provincias como el de Burgos, Cuenca o el de Valencia unos años después.
Una letra escrita por el buen amigo de Guzmán Ricis, Ambrosio Garrachón Bengoa, poeta y cronista oficial de Palencia. «Decían de él que era el hombre que más sabía de la historia de Palencia y el día de la presentación del himno mucha gente acudió porque tenían mucho cariño a Garrachón», explica el historiador.
A aquel evento sin precedentes acudió numeroso y distinguido público. Una sesión en la que también se proyectó la película italiana 'Cabiria' publicada en 1914 y ambientada en la Roma de la segunda guerra púnica, que, como curiosidad, contó como operador y director de trucajes, con la participación del turolense Segundo de Chomón. «Habría que rememorar aquel día. La Banda Municipal tocaba las partes de acción y en el descanso se tocó el himno para ambientar a la gente. Al final del todo se proyectó la segunda parte de la película», recuerda Porro a Ical.
El himno recuerda parte de la historia de la provincia, como el pasaje en el que se lee: 'En tus muros se estrella Lancaster, triunfa de él la mujer palentina', que explica el momento en el que Juan de Gante, duque de Lancaster, intentó aprovecharse de que las ciudades de Castilla se encontraban desguarnecidas tras la batalla de Aljubarrota e intentó entrar en Palencia, donde un ejército de mujeres se levantó en armas, consiguió defender la plaza y obligó a los ingleses a levantar el sitio y retirarse en desorden, motivo por el cual se impuso a las mujeres palentinas el título de 'caballeros de honor', concediéndoles el derecho de portar la distintiva banda dorada que solía ser exclusiva de los caballeros varones, además, las mujeres palentinas también recibieron el privilegio de no tener que inclinarse ante ningún monarca.
«El himno alaba el pasado glorioso, un elemento que ensalza el valor que tenemos en Palencia y la riqueza de esas expresiones y no habla de luchas o revoluciones como si ocurre en otros himnos no solo locales, también nacionales», concluye el historiador Carlos Porro, quien lamenta no se hayan hecho fastos por parte de las instituciones de algo tan glorioso e insigne como el himno para celebrar el aniversario de la composición que une a todos los palentinos, aunque durante estos días se puede contemplar en los pasillos de la Biblioteca Pública una exposición sobre el evento que durará hasta el próximo 6 de marzo.
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