Dvicio anima la noche de Herrera de Pisuerga en un verano con verbenas y conciertos que languidecen
La incertidumbre ante la situación sanitaria y las restricciones reducen las contrataciones de espectáculos musicales
LAURA LINACERO
Palencia
Domingo, 1 de agosto 2021, 00:43
Por segundo verano consecutivo, corear a Mago de Oz y su 'Fiesta Pagana' en las verbenas de los municipios palentinos va a resultar difícil. Atrás ... queda el estribillo 'Ponte en pie, alza el puño y ven' que, con euforia, cantaban los vecinos cada noche de fiesta y que ahora se verá reducido a pequeñas actuaciones limitadas por las restricciones. A pesar de que la Junta de Castilla y León permite la celebración de verbenas con un aforo del 75% del recinto y un máximo de 1.000 personas, la incertidumbre de futuras restricciones impide a los ayuntamientos contratar a orquestas para este fin. «Por un lado la Junta anima a los ayuntamientos a que haya verbenas, pero, paralelamente, los delegados territoriales aconsejan que no se contraten en los festejos», explica José Antonio San Millán, gerente de la empresa palentina Espectáculos San Millán, la que ha llevado en la noche de este sábado a Herrera de Pisuerga al quinteto madrileño Dvicio.
Esa contradicción hace que las facturaciones se reduzcan al mínimo y las orquestas se conviertan, tal y como define San Millán, en «la patata caliente que no quiere nadie». Ante esta incertidumbre, las administraciones apuestan por eventos de menor coste porque, como explica Serafín Curiel, director musical de la orquesta Musical Sueños, «los alcaldes quieren dar el gusto a los vecinos de tener algún espectáculo, pero tienen miedo de que haya brotes y cancelaciones por las restricciones continuadas».
Por este motivo, las contrataciones se realizan con muy poca antelación para evitar sobresaltos. «Todo el mundo te llama para antes de ayer porque no quieren anticiparse, todo es sobre la marcha», detalla por su parte Jesús Lobejón, gerente de Arpalencia.
Estas decisiones forzadas por parte de los ayuntamientos han obligado a las orquestas de la provincia a reinventarse para tratar de sobrevivir a dos años complicados que, para José Antonio San Millán, serán «el cementerio de muchas orquestas». Con el fin de impedir esa muerte anunciada, el formato de espectáculos se ha reacondicionado a través de musicales, tributos o dúos.
«Este año no vamos a hacer gira, sino formatos pequeños que nada tienen que ver con la idea de verbena que tenemos en la cabeza», añade Serafín Curiel. Algo que para Jesús Lobejón resulta una oportunidad para recuperar la esencia de la música, porque tal y como afirma, «ya estábamos tirando mucho de la música pregrabada y ahora volvemos a coger el gusto a lo que dejamos atrás, que se basaba en música de ejecución humana y no mecánica».
Sin embargo, esta segunda opción no resulta tan rentable como lo eran las verbenas habituales. «No es lo mismo hacer una gira de setenta u ochenta verbenas que hacer diez o doce cosillas pequeñas», asegura Serafín Curiel. Una idea que José Antonio San Millán secunda, al explicar que los eventos concertados para este mes de agosto en la provincia de Palencia «se pueden contar con los dedos de una mano, mientras que en una situación normal podríamos hablar de casi 400».
Rulo y la Contrabanda, en Magaz de Pisuerga
Magaz de Pisuerga es una de las localidades que más conciertos acooge en el marco del Palencia Viva, el festival organizado por la empresa palentina San Millán Espectáculos en colaboración con los ayuntamientos y la Diputación Provincial. En la noche de este sábado ha actuado el artista cántabro Rulo y la Contrabanda. Le seguirá Chenoa el próximo sábado, 7 de agosto. Y será Magaz de Pisuerga la localidad donde se clausurará esta primera edición del festival Palencia Viva, el 7 de septiembre, con la actuación de una de las bandas que ya tienen una posición importante en la historia del rock nacional: Reincidentes.
Un descenso de actividad importante que se traduce en un presupuesto muy inferior por parte de las administraciones respecto a otros años. «Antes, los pueblos tenían de media un presupuesto entre 18.000 y 30.000 euros, y ahora están entre los 6.000 y 8.000 euros», confirma Lobejón. Sin embargo, el gerente de Arpalencia reconoce que «los mastodontes de camiones escenarios han sido un ataque de soberbia que se ha comido la mayoría de la partida asignada a fiestas y resulta inadecuado para el 90% de los pueblos de la provincia».
Estos dos últimos años la partida destinada a la celebración de festejos se ha visto reducida al igual que las ganancias de los propietarios de las orquestas, que, como explica el gerente de Musical Sueños, «han pasado de ganar 5.000 euros con la orquesta a cobrar 600 u 800 euros por estos pequeños espectáculos». El descenso de eventos musicales y las pérdidas económicas que, en el caso de Lobejón se contabilizaron en 30.000 euros el pasado año, ha hecho que muchos de los trabajadores pertenecientes al sector hayan tenido que abandonar el mundo del espectáculo.
«En 2019 llegamos a ser 65 personas; el año pasado, ocho, y este año, que hay un poco más de actividad andamos por los 30», asegura José Antonio San Millán. La misma dinámica ha seguido el Musical Sueños, que contaba con once personas antes de la pandemia y ahora son cuatro.
Ahora los propietarios de las orquestas temen que cuando vuelva a funcionar el mundo de las orquestas se encuentren sin músicos tras esta crisis. «El personal que trabajaba de esto se ha visto forzado a buscarse la vida en otro sector», detalla Serafín Curiel. Además de la falta de músicos, el momento de arrancar de nuevo también se observa con cierto temor. «Reactivar los camiones para las giras después de dos años supone entre seguros, depósitos y reparaciones, 20.000 euros. Es empezar de cero», asegura San Millán.
La falta de esperanzas para invertir en un negocio incierto, sumado a la ausencia de apoyo por parte de las administraciones, dibuja «un escenario muy negro en este sector», explica Curiel que define como «impensable meter dinero en algo para luego conseguir dos o tres conciertos». Una sensación de olvido que experimentan ahora las empresas, al reconocer que «de nosotros no se acuerda nadie, hay que hacer frente a gastos, aunque tengas la infraestructura pagada», añade Lobejón.
Unos gastos que no cesan y que se han convertido en un martirio para los empresarios porque, a pesar de no tener ayudas ni ingresos, como detalla Serafín Curiel, «sí se mantienen los cobros de impuestos y las tasas de rodaje, aunque los camiones estén parados porque no hay giras». La supervivencia de las empresas está en juego y tratan de hacer frente a los gastos para no renunciar al negocio. «Las empresas estamos pagando créditos previos al covid con créditos que hemos pedido después, pagar una deuda con otra deuda generada es el fin», añade San Millán.
La desazón se hace aún mayor cuando no encuentran justificación para limitar las verbenas, al considerarlas «lo más seguro que hay». Así describe el gerente de Arpalencia este tipo de espectáculos, que resultan «menos peligrosos que el interior de los bares porque aquí se puede mantener la distancia entre grupos y asegurar el aforo». Además, justifica que, si se puede estar en la calle, «da igual que haya música o no, porque los jóvenes se buscan la juerga igual», asegura.
No obstante, parece que este año esa imagen de jolgorio controlado no se va a poder observar en las plazas de los municipios palentinos, e incluso se teme que nunca vuelva a ser como antes. «Esto va a ser un antes y un después, yo ya no me imagino un año de normalidad», explica Serafín Curiel. El gerente de la orquesta Musicales Sueños se enfrenta ahora a los escenarios con una sensación diferente a la que conocía porque «yo estoy acostumbrado a hacer que la gente se mueva y se divierta, y ahora casi les tienes que llamar la atención si se animan de más».
En el sector hay quien prevé cierta resurrección a finales de agosto con las verbenas, como es el caso de Lobejón. Sin embargo, José Antonio San Millán reconoce que «no doy ni 50 céntimos por el verano del año que viene».
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