Palencia
Descartado el riesgo de nuevos desprendimientos de la fachada de la CompañíaLa Junta compromete toda la colaboración para que pueda restaurarse la cornisa de la espadaña, de donde se soltaron dos grandes piedras
«Hemos encontrado algunas deficiencias en los grapados de los sillares y también en el diseño de una zona plana del contrafuerte, que estaba además ... coronado por un nido de cigüeña que ocultaba algunos problemas». Esta es la explicación que ofrecía el arquitecto de la Diócesis de Palencia, Florentino Díez, al suceso que en la tarde de ayer alteraba la tranquilidad en la ciudad de Palencia. Pasaban las 19:00 horas cuando, repentinamente, un piedra de enormes dimensiones se desprendía de la cornisa derecha de la espadaña de la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de la Calle, conocida popularmente como la Compañía. Pocos minutos después, cuando ya estaba precintada la calle y los bomberos se encontraban examinando la zona del desprendimiento, otro de los grandes sillares de esa cornisa se venía también al suelo, desde una altura de más de 26 metros.
No hubo heridos y los daños materiales no son graves, más allá de los que haya sufrido el propio templo al perder dos de los sillares de su fachada monumental y los provocados en el tejado, sobre el que rebotaron inicialmente las piedras, antes de golpear contra la acera y el asfalto.
Pero aunque no hubo que lamentar daños, se encendieron todas las alarmas, puesto que el desprendimiento ha afectado a un monumento histórico artístico de carácter nacional, que logró la declaración de bien de interés cultural en 1982. Por ello, desde primeras horas del día siguiente, la Diócesis de Palencia, propietaria del edificio, ya había movilizado a todo sus personal especializado, el Ayuntamiento había puesto también a disposición del Obispado a los efectivos de la Policía Local y de los Bomberos y la Junta de Castilla y León, administración de la que depende la conservación del patrimonio histórico hacía también un seguimiento exhaustivo, que se vio confirmado hacia las 13:00 horas, con la visita 'in situ' del consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, que no dudó en ofrecer toda la colaboración de la administración autonómica para la completa restauración del templo.
«Nos ponemos a disposición de la Diócesis y estaremos aquí en la medida que sea necesaria nuestra colaboración. No se trata de discutir porcentajes, el patrimonio está por encima de cualquier tipo de discusión empobrecedora en ese sentido. El patrimonio lo que hay que hacer es cuidarlo y cuando surgen problemas hay que solucionarlos y los bienes hay que restaurarlos, consolidarlos y eso es lo que vamos a hacer aquí», manifestó el consejero de Cultura, que insistió en que «el patrimonio es de todos y aquí está muy claro que aquí nos hemos entendido todos muy bien y la respuesta ha sido muy rápida y muy eficaz, porque el peligro está eliminado. Y a partir de aquí, pues hay que proceder, como decía el arquitecto, a una restauración. Y una restauración es siempre un tema complejo, porque hay que abordar muchos asuntos, piezas se podrán reponer, otras evidentemente no, porque hay piedras que han estallado, que se han roto y habrá que reponer esa cantería, pero no con la cantería original, evidentemente, porque ha desaparecido», explicaba el representante de la Junta.
Santonja coincidió además con el obispo de Palencia, Mikel Garciandía, en resaltar la rápida intervención de la Policía Local y los bomberos tras los desprendimientos para evitar que pudiera sucederse algún accidente. «Queremos subrayar desde el primer momento la plena disposición, la presencia del propio Ayuntamiento, de la alcaldesa, de la Policía Municipal, y de los bomberos que ayudaron muchísimo a la hora de acordonar la zona. Incluso nos han prestado los propios medios de los bomberos porque en un primer momento era urgente para asegurarnos de que no había una incidencia que pudiera ser peligrosa en ese momento», explicó el obispo, para recalcar que fueron los bomberos quienes actuaron en los primeros instantes tras el desprendimiento, para después dejar paso al personal especializado de la empresa Archivolta, que se encargará del saneamiento y la restauración del templo.
Por su parte, Florentino Díez, el arquitecto de la Diócesis, quiso dejar claro que no existe en estos momentos riesgo de que se produzcan nuevos desprendimientos, puesto que se ha revisado toda la cornisa del templo. «Nuestra intervención va dirigida en un primer lugar a afianzar la seguridad de esas cornisas para evitar que caigan más elementos y que pueda haber algún vuelco sobre la vía pública para que se pueda reabrir la calle con seguridad. Después, ya se tomarán medidas de intervención por parte de la Diócesis, que vendrán más adelante. Pero lo que podemos decir es que ahora mismo el templo no tiene ningún riesgo», indicó el arquitecto, quien especificó que los problemas se han limitado a un punto concreto. «Es un voladizo que por la situación de intemperie, por la proliferación de nidos, deficiencias en las grapas, etcétera, ha sufrido esta rotura y han caído las piedras», señaló.
El arquitecto explicó que desde el primer momento se ha monitorizado la fachada al completo y, se han obtenido datos de todas las zonas, «de cómo están y a partir de ahí, tenemos que implementar un documento técnico de intervención lo más rápido posible. Pero digamos que ahora mismo no hay un riesgo, por decirlo así, de que esos elementos que estaban inestables puedan seguir cediendo». Florentino Díez confirmó que en el futuro se procederá a una restauración de la fachada para recuperar los elementos de cantería que han desaparecido. También indicó que la Diócesis tiene una planificación de limpieza de las fachadas y estructuras de los templos, que en el caso de Nuestra Señora de la Calle tendrá que agilizarse.
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