Una de cada cuatro viviendas está vacía en pueblos de menos de mil habitantes

La presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, puso voz, en su discurso del Día de la Provincia, a esta situación: «Encontramos la paradoja de unos pueblos que afrontan el reto demográfico, pero en los que cada vez resulta más complicado encontrar un techo para nuevos pobladores». De hecho, según los datos aportados por la presidenta provincial, 6 de cada 10 viviendas en los municipios de menos de 500 habitantes de la provincia no son las residencias principales de sus propietarios. Eso quiere decir que solo cuatro de cada diez viviendas son residencia habitual y el resto son segundas viviendas o están desocupadas.

El sociólogo Javier Gómez Caloca profundiza aun más en un estudio elaborado a partir de datos del INE con los que concluye que en la provincia de Palencia hay 18.351 viviendas vacías, entendiendo por viviendas vacías las que no tienen consumo eléctrico un solo día al año o como mucho menos de 15 días al año. «No estamos hablando de las viviendas de la población que regresa a la provincia a disfrutar de sus vacaciones», puntualiza Gómez Caloca. Esto, en cifras globales representa el 15,76% del total de las viviendas existentes en la capital y la provincia.

Pero si se desciende al detalle, más de la mitad de las viviendas vacías de la provincia (el 53,7% y 9.852 viviendas) están en los 20 municipios de más de 1.000 habitantes y sacando la capital de la ecuación, más de un tercio de las viviendas vacías de la provincia (34,66% y 6.360 viviendas vacías) están en los 19 municipios de más de 1.000 habitantes.

Descendiendo aun más, en los pueblos de menos de mil habitantes, una de cada cuatro viviendas está vacía. La media es del 25,84%, diez puntos más que la media provincial (15,76%). «En muchos casos son viviendas que quedaron vacías en los años del éxodo rural y ya no volvieron a ocuparse regularmente, estando muchas en estado inhabitable», apunta el sociólogo palentino.

Esta es solo una de las aristas de un prisma complejo. Segundas residencias, casas en ruina, herencias compartidas y bloqueadas, viviendas inhabitables, miedo a alquilar, escasez de vivienda nueva, falta de suelo para construir, encarecimiento de materiales de construcción o escasez de mano de obra, falta de oferta de viviendas de alquiler, aumento de la demanda de viviendas unifamiliares, precios en aumento y un alto porcentaje de viviendas desocupadas. La falta de vivienda es un problema estructural muy complejo que requiere más de una solución y la actuación coordinada de las administraciones.

Un problema que se agrava con pueblos vacíos y personas que quieren vivir en ellos, pero no pueden hacerlo porque faltan viviendas para comprar o para alquilar, a pesar de que también hay muchas casas vacías. Al respecto Gómez Caloca asegura que poner en el mercado esas viviendas vacías podría formar parte de la solución. Muchas de ellas son inhabitables, pero con que se pusiera en el mercado del alquiler un pequeño porcentaje ya sería un paso. Por eso considera que los ayuntamientos, que conocen a los propietarios, tienen un papel muy importante, ya que podrían hacer de interlocutores y poner al propietario en el mercado, ayudando en la rehabilitación o garantizando el cobro del alquiler, creando una garantía sobre impagos y deterioros. Incluso creando bolsas de viviendas y una oficina que las gestionara. Otra solución podría ser la fiscalidad, que debe ser doble, favoreciendo, como ya se hace, a los propietarios que ponen viviendas en el mercado del alquiler, y en negativo, penalizando a los que teniéndolas, no lo hacen.

Además, en estos tiempos de gran movilidad, lo inteligente sería fomentar el mercado del alquiler, ya que «apostar por la vivienda en propiedad sería un error monumental», sostiene Gómez Caloca.

La Diputación presentó en mayo un novedoso programa de lucha contra el reto demográfico que ponía la vivienda en el eje. HabitaLO Rural nacía de un análisis profundo que evidenciaba la escasez de vivienda de alquiler en los pueblos, tanto pública como privada, frente al incremento de la demanda. Este se ha pensado para dar respuesta a la demanda de viviendas para atraer y fijar población y se ha dotado con un millón de euros de presupuesto y varias líneas de actuación para incrementar el parque de viviendas en alquiler en los pueblos, optimizar los recursos municipales, dar salida al mercado de viviendas particulares, fijar y atraer población y dinamizar la economía. «Pretendemos movilizar el mercado de alquiler desde la confianza» aseguraba Ángeles Armisén. Para ello, HabitaLO Rural contempla ayudas para financiar los gastos del seguro para los propietarios y los honorarios de las inmobiliarias. Este mismo programa ofrece apoyo a los Ayuntamientos para la rehabilitación de inmuebles de su propiedad con destino al alquiler, e incluso para la compra y promoción de viviendas para este mismo fin. Y por último integra las ayudas destinadas a jóvenes que ya estaban en marcha para la compra de la primera vivienda o para financiar los honorarios de los facultativos por la redacción de los proyectos de construcción, reforma o rehabilitación de viviendas unifamiliares.

En la última convocatoria, ya resuelta, estas ayudas, dotadas con 100.000 euros, han beneficiado a 101 jóvenes de entre 18 y 36 años del medio rural para la compra, construcción o reforma de su vivienda. Y se suman a los 78 jóvenes que se beneficiaron de ellas en 2023. Por último, la Diputación ha incrementado en 100.000 euros el presupuesto destinado al programa Rehabitare, que desarrolla con la Junta, y que contará con un montante de 260.000 euros este año.

Precisamente, este programa piloto puesto en marcha por la institución regional en la provincia en 2009 ha beneficiado ya a numerosos municipios. Desde entonces se han invertido casi cuatro millones de euros (3.859.000 hasta finales de 2023) en 78 actuaciones llevadas a cabo en más de medio centenar de pueblos, según los datos facilitados por la Delegación de la Junta en Palencia.

La casa del médico

Las antiguas viviendas de maestros de Baltanás, el cuartel de la Guardia Civil de Palenzuela, la antiguas escuelas de Tabanera de Cerrato, la casa del médico de Frechilla, la casa del guarda de Calzada de los Molinos, las casas rectorales de Villamoronta y de Pomar de Valdivia o la casa del secretario de Amusco se han convertido en el techo de muchas familias gracias a este programa con un importe de 236.311 euros este año.

El programa que se ejecuta en colaboración con los ayuntamientos y los obispados se extendió a toda Castilla y León en 2016 y desde 2022 cuenta también con la colaboración de las Diputaciones provinciales. Y desde su puesta en marcha está sirviendo para ayudar a jóvenes y familias vulnerables a acceder a viviendas a través de compra o del alquiler.

Asimismo, para continuar incrementando el parque público de vivienda y evitar que los jóvenes sean expulsados del mercado por su alto coste y puedan optar a vivir y quedarse en la provincia, la Junta, a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl), está construyendo 132 viviendas, 72 para venta (37 viviendas en Aguilar, 24 viviendas en Villamuriel, 11 viviendas en Grijota) y para alquiler 60 viviendas (10 viviendas en Paredes, 50 viviendas colaborativas en Palencia).

Pero además, el pasado mes de septiembre el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció en Palencia la construcción de 1.000 viviendas públicas en el medio rural hasta el año 2030. Con una inversión de 150 millones para su construcción, estas viviendas estarán dirigidas especialmente a los jóvenes que quieran vivir en los pueblos de Castilla y León y se les bonificará para su compra en un 20% en colaboración con las diputaciones provinciales. Entre otros, Aguilar de Campoo será uno de los lugares elegidos para este desarrollo.