Los agricultores trabajan un campo en Autilla del Pino. Marta Moras

La cosecha arranca con una media prevista de unos 4.500 kilos por hectárea

Los agricultores afrontan la campaña de cereal con buenas perspectivas, aunque el precio y los costes amenazan el futuro

Lunes, 7 de julio 2025, 06:57

Las primeras cosechadoras ya trabajan en los campos palentinos estos días, marcando el inicio de una campaña que se presenta prometedora en cantidad y calidad, ... pero empañada por la falta de rentabilidad. Desde Tierra de Campos hasta el Cerrato, el cereal comienza a teñir el paisaje de tonos dorados, aunque el sector sigue ahogado por los bajos precios y el incremento continuo de los costes de producción.

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David Tejerina, presidente de COAG Palencia, explica que «va a ser una buena cosecha y un buen año agronómicamente hablando. Otra cosa es el tema de precios y rentabilidad, donde difícilmente van a salir las cuentas». Según detalla, para cubrir gastos se necesita una media mínima de 4.000 kilos por hectárea, cifra que se prevé alcanzar o incluso superar en muchas parcelas. «Este año esperamos entre 4.000 y 4.500 kilos, aunque dependerá de que las tormentas respeten y se pueda recoger bien», afirma Tejerina.

El presidente de COAG recuerda que los costes no dejan de crecer, especialmente en los fertilizantes, cuyo precio podría subir hasta 50 euros por tonelada el próximo año. «Dependemos casi al 100% de importaciones, sobre todo de Rusia y Bielorrusia. Pedimos ayudas directas para la compra de fertilizantes mediante la presentación de facturas, pero necesitamos también controles más estrictos a la entrada de cereal extranjero. No puede ser que aquí se exijan estándares muy altos y entren productos de fuera sin cumplirlos», denuncia.

Las organizaciones agrarias reclaman mayor control a las importaciones y la revisión de los aranceles

En el caso de ASAJA Palencia, su presidente, José Luis Marcos, coincide en el diagnóstico. «La cosecha en cuanto a kilos se presenta bien. En zonas como Tierra de Campos estamos viendo cebadas con rendimientos de 5.000 a 6.000 kilos por hectárea», apunta. «El problema es que no son rentables las explotaciones porque el precio que se paga no cubre ni siquiera los costes básicos. La calidad no se valora, solo interesa la cantidad, y a precios muy bajos», lamenta.

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Las primeras cosechas se han iniciado en el Cerrato y en Tierra de Campos, con municipios como Torquemada, Baltanás o Dueñas viendo cómo la maquinaria comienza a ocupar los campos. La zona norte, tradicionalmente más tardía, empezará en unos días. «La producción es la gran diferencia respecto al año pasado. Ha habido una climatología mucho mejor para el campo y eso se nota», explica José Luis Marcos. No obstante, advierte de que en algunas parcelas del norte las lluvias excesivas han podido provocar daños puntuales.

Blas Donis, presidente de UPA Palencia, también confirma las buenas perspectivas iniciales. «La cebada, que es lo primero que se cosecha, está dando buenos resultados. Se habla de una media entre 5.000 y 6.000 kilos, aunque no todas las zonas son iguales», destaca. «Este año ha habido menos necesidad de riego, lo que supone un alivio económico por el ahorro en agua y energía», añade.

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El presidente de UPA alerta, sin embargo, sobre el trigo como el principal afectado por las condiciones climáticas de los últimos días. «Le han pillado los calores finales muy verde y eso va a afectar a la maduración. Seguramente la producción final sea inferior a lo que esperábamos hace un mes». También reconoce el temor a que, aunque haya mayor producción, la rentabilidad siga sin garantizarse, siendo esta más una realidad que un propio temor para los agricultores palentinos. «Hoy tenemos un precio ruinoso. Habrá quien no cubra ni los gastos. Los costes de producción han sido muy altos y no podemos seguir así».

Desde UPA insisten en que la ley de la cadena alimentaria, que prohíbe pagar precios por debajo de los costes de producción, debe cumplirse de forma estricta. «Si no se garantiza un precio justo, muchos agricultores acabarán abandonando. Palencia es una de las provincias más cerealistas del país y si no se cuida el sector, el futuro rural se apaga», advierte Donis.

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Además de los problemas de precios y costes, las organizaciones agrarias reclaman mayor control a las importaciones, la revisión de los aranceles y ayudas específicas para amortiguar el encarecimiento de los insumos. Las reivindicaciones se suman a la sensación generalizada de hartazgo entre los agricultores, que ven cómo cada campaña se convierte en una lucha constante por mantener la viabilidad económica.

Mientras tanto, los campos de la provincia, con más de 220.000 hectáreas dedicadas al cereal, comienzan a llenarse de polvo y actividad. El tradicional sonido de las cosechadoras en municipios como Dueñas, Torquemada o Baltanás marca el pulso de un sector esencial para la economía provincial.

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8% menos

El inicio de la cosecha, aupado por las buenas expectativas tanto en España como en la UE y la compleja situación geopolítica, hace que la tendencia de las cotizaciones sea a la baja, con un descenso del 8% en el precio del trigo y un 13% el de la cebada, respecto al año pasado. Así, pese a las excelentes expectativas de producción en el conjunto de la comunidad, la rentabilidad de las explotaciones cerealistas se verá condicionada por los bajos precios y por el alto coste de los insumos. De acuerdo con los precios actuales y las producciones previstas, el valor de la cosecha de cereal de invierno en Castilla y León alcanzará los 1.535 millones de euros, frente a los 1.300 millones de la campaña pasada.

Las organizaciones profesionales agrarias han coincidido en calificar esta cosecha como «buena» en cuanto a rendimientos, aunque todas apuntaron también que sus expectativas finales «no son tan optimistas» como las manifestadas por la Junta.

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Así lo señaló el presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, que consideró que no solo la climatología ha provocado esta buena cosecha sino «la profesionalidad de los agricultores de Castilla y León», que sitúa a la Comunidad como «el granero de España» con el 40% de la producción nacional.

En la misma línea, el portavoz de la Alianza UPA-COAG, Aurelio González, también rebajó la expectativa de la producción por debajo de los ocho millones de toneladas y lamentó que los agricultores «no vamos a ganar dinero este año» pese a la buena cosecha porque «solo da para pagar los gastos de producción».

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Los campos de la provincia se extienden con más de 220.000 hectáreas dedicadas al cereal

Por último, el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, incidió en la situación de los precios, «hundidos, en mínimos históricos», que incrementan el «pesimismo» de los agricultores para la próxima campaña porque «las cuentas, así, no cuadran».

En definitiva, Palencia se prepara para recoger una de las mejores campañas de los últimos años en términos agronómicos. Sin embargo, la fotografía final de la cosecha dependerá de que el esfuerzo en el campo se traduzca en rentabilidad. Los agricultores saben bien que una buena producción sin un precio digno deja el campo en la cuerda floja. Una vez más, la provincia se enfrenta al eterno dilema. Abundancia en el campo, pero incertidumbre en los números.

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La PAC inyecta 52 millones de euros en el campo palentino de la campaña 2024

La provincia de Palencia ha recibido más de 52 millones de euros en ayudas directas de la PAC durante la campaña 2024, un soporte clave para sostener la actividad agrícola. Según datos de la Junta, el último pago autorizado este mes asciende a 112,7 millones para toda Castilla y León, de los que alrededor de 6 millones corresponden a Palencia.

Los fondos han permitido abonar importes por la ayuda básica a la renta, pagos redistributivos y complementarios para jóvenes agricultores, así como para los ecorregímenes y ayudas específicas a la ganadería. En el caso palentino, las explotaciones cerealistas son las principales receptoras de estas ayudas, fundamentales para afrontar unos costes que se han disparado en los últimos años.

Además, la Junta ha autorizado ayudas agroambientales y para zonas con limitaciones naturales que en Palencia superan los 2,5 millones de euros. Desde las organizaciones agrarias insisten en la importancia de que estos pagos lleguen con agilidad para asegurar la viabilidad y evitar tensiones de tesorería en las explotaciones.

Pese al apoyo económico, el sector reclama precios justos y una mayor protección frente a la volatilidad del mercado. La PAC sigue siendo una herramienta esencial para el campo palentino, pero no suficiente para garantizar la rentabilidad que asegure el relevo generacional y la continuidad del modelo agrario.

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