El centro social del Campo de la Juventud reabre con deficiencias tras gastar 800.000 euros en su reforma
La alcaldesa confirma que hace falta una nueva inversión de 50.000 euros para reponer el vallado que se tiró de forma indebida y solucionar los problemas de accesibilidad
Es algo menos de un millón de euros, según confirmó la propia alcaldesa, Miriam Andrés, pero, desde luego, una cuantía muy abultada como para que ... la reapertura del rehabilitado centro social del Campo de la Juventud, en la calle Miguel de Unamuno, se haga en las mejores condiciones posibles. Sin embargo, no ha sido así.
La puesta en servicio de las nuevas instalaciones se ha llevado a cabo en los últimos días con importantes deficiencias, tal y como ha explicado la regidora, que este jueves ha visitado el edificio acompañada por el concejal de Obras y Urbanismo, Álvaro Bilbao, y por la edil de Servicios Sociales, Rosario García.
Se trata de una actuación que se proyectó en el anterior mandato, durante el gobierno en coalición del PP con Ciudadanos. Se financió con los fondos del programa comunitario EDUSI y los trabajos han concluido en las últimas semanas, en las que se ha ido acondicionando el inmueble para que pueda recuperar sus funciones como Centro de Acción Social para la zona sur de la ciudad, así como centro de actividades lúdicas y culturales, además de sede para la asociación de vecinos del Campo de la Juventud.
Las obras, tras una compleja tramitación, marcada por el aumento de precios en el sector de la construcción y la dificultad para encontrar empresa interesada en ejecutar los trabajos, finalmente fueron adjudicadas a la mercantil Hitumar Palencia por casi 800.000 euros, con un plazo de ejecución de doce meses. El concurso quedó desierto hasta en dos ocasiones, con lo que el Ayuntamiento se vio obligado a modificar algunos aspectos del proyecto, con el fin de hacerlo más interesante para las empresas, sin poder modificar al alza el importe, puesto que las cantidades ya estaban cerradas.
Los trabajos ya han concluido y las nuevas instalaciones han reabierto al público. Los técnicos de Servicios Sociales se encuentran prestando atención a los ciudadanos en las reformadas dependencias y también el movimiento vecinal puede recuperar unos ampliados espacios para desarrollar sus actividades. Los trabajos han supuesto la transformación del edificio ya existente, así como la creación de un nuevo bloque anejo. Sin embargo, esta reapertura se ha visto empañada, según ha explicado la alcaldesa, por una serie de deficiencias que se han detectado al recibir las obras y que parten, según recalcó Miriam Andrés, de una mala planificación del equipo de gobierno municipal anterior.
«Este tipo de problemas ocurren cuando no hay un adecuado seguimiento ni un control de las obras», lamentó la alcaldesa, quien señaló que algunas «decisiones políticas» adoptadas en el pasado mandato perjudicaron el desarrollo de una obra con un presupuesto muy importante. La regidora detalló que se han detectado problemas «incomprensibles», como la falta de medidas de accesibilidad tanto en la entrada principal como en la reservada a las dependencias de la asociación de vecinos; el derribo del cerramiento perimetral que ahora debe reconstruirse o la falta de aseos en una de las zonas independientes en las que se ha configurado el edificio. En este sentido, Miriam Andrés explicó que el proyecto definía dos zonas diferenciadas, una para el uso asociativo y otra para la atención de los Servicios Sociales, con el fin de que no existiesen interferencias. «Sin embargo, se han olvidado de los baños en la parte de la asociación de vecinos, con lo que tendrán que compartir los baños con los trabajadores de los Servicios Sociales, y tendremos que dar unas llaves de esta zona que debía ser independiente a la asociación. No se entiende, como tampoco se entiende que se haya derribado el vallado perimetral del centro, que ahora hay que reconstruirlo para definir la parcela», recalcó la alcaldesa.
El concejal de Urbanismo, Álvaro Bilbao, concretó que se trata de «sinsentido», ya que se intentó definir un viario por el interior de un terreno que urbanizado, paralelo a otro ya existente a diez metros, sin que se llevará a cabo ningún trámite urbanístico ni se desafectara el terreno, con lo que finalmente tendrá que reconstruirse el cerramiento del edificio, que fue derribado durante las obras. «Han hecho cosas sin sentido alguno. Han reformado el proyecto, pero lo lógico es eliminar elementos que su prescindibles, nunca aquellos que son obligatorios por normativa, que al final es lo que han hecho, y por eso nos encontramos sin rampas de accesibilidad que son obligatorias en la entrada principal y en la de la asociación de vecinos», manifestó.
La alcaldesa señaló que la reparación de estas deficiencias se ha valorado en torno a 50.000 euros, que espera conseguir de la liquidación de las cuentas del año anterior. «De momento tenemos que esperara a liquidar el presupuesto del año 2023, para ver con cuántos remanentes nos encontramos y qué cantidad no está afectada y puede destinarse a otras actuaciones. Esperamos que en un mes o mes y medio pueda presentarse la liquidación», manifestó Andrés, quien lamentó que se tengan que gastar 50.000 euros en mejorar una obra que acaba de terminarse.
Pero además, el concejal de Urbanismo indicó que el proyecto, a pesar de haberse gastado casi 800.000 euros ha sido incompleto, ya que no se ha actuado en la primera planta del edificio antiguo, que era una de los planteamiento iniciales de la propuesta. «Al final no se ha hecho nada ni en la cubierta, que está bastante mal ni en la primera planta, donde estaba la biblioteca, y que presenta muchas deficiencias, con lo que, con el tiempo, tendremos que buscar fondos, seguramente de alguna subvención europea, para acometer estos trabajos que han quedado pendientes. Ha sido todo un sinsentido», manifestó Álvaro Bilbao.
Un centro polivalente
En el CEAS del Campo de la Juventud, que se encuentra ubicado en la Calle Miguel Unamuno, 11, trabajan cinco trabajadores sociales, una animadora comunitaria, un auxiliar de servicios sociales, un encargado del centro y un ordenanza. Asimismo, cuenta con un equipo de intervención familiar formado por dos psicólogas y dos educadoras y un equipo de inclusión social (EDIS) formado por una trabajadora social y una educadora. Además, cuenta con un equipo de promoción de la autonomía personal, situado en Mariano Timón e integrado por una psicóloga, una trabajadora social y una educadora. El Centro Miguel de Unamuno es un centro polivalente ya que, por un lado, es CEAS de zona donde se ubican todos los técnicos que atienden la problemática social de los barrios del Campo de la Juventud, El Carmen, Santiago y Avenida de Madrid. Y por otro, es un espacio para atención de grupos y del movimiento asociativo.
Según los datos recogidos a lo largo del año pasado, los profesionales del centro atendieron a 2.967 personas y se realizaron un total de 1.917 tramitaciones distribuidas en prestaciones económicas, ayudas de alimentos, informes de vulnerabilidad; prestaciones de ayuda a domicilio, teleasistencia y valoraciones de dependencia, así como informes de arraigo y reagrupamiento familiar, intervención familiar e intervenciones específicas de inclusión social. Asimismo, en las instalaciones del centro se lleva a cabo el programa de talleres municipales con actividades como dibujo y pintura, gimnasia de tercera edad, pilates, taichí o yoga. En la actualidad, hay 195 personas matriculadas en el curso 2023-24. Igualmente, se utilizan sus salas para acciones de la Asociación de Vecinos del Campo de la Juventud, de otros colectivos o asociaciones (ensayos de teatro, danzas regionales, baile...).
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