«Todos tenemos capacidad, no hay que rendirse nunca»
Ha conseguido una plaza fija para trabajar en la Subdelegación de Defensa de Palencia tras prepararse un año en la Fundación San Cebrián
Almudena Álvarez
Domingo, 3 de diciembre 2023, 08:22
Sara García tiene 31 años y la enorme satisfacción de haber conseguido un puesto fijo en la Administración General del Estado. En breve empezará a ... trabajar en la Subdelegación de Defensa de Palencia, como conserje ordenanza. Aún no sabe muy bien cuál será su cometido, entregar paquetes y certificados, atender a la gente, resolver problemas… pero tiene claro que está preparada para su nuevo empleo porque ha superado todas las pruebas (examen y méritos) que marcaba la oposición para conseguir un puesto de grupo profesional E0, especialidad Tareas Complementarias de Apoyo o, dicho de otra manera y más sencilla, para ser conserje ordenanza.
Dice que siempre tuvo claro que lo suyo era el servicio público y que su discapacidad intelectual no iba a ser un obstáculo para conseguirlo. «Siempre he querido trabajar para el Estado y tener un puesto fijo para toda la vida, porque sé que es un trabajo seguro y no tienes que estar pendiente de pensar que se te acaba el contrato y tenerte que poner otra vez a buscar trabajo», asegura. Ella buscaba esa tranquilidad y esa seguridad que da el empleo público aunque sabía que el camino no iba a ser fácil. « A todo el mundo le cuesta preparar una oposición, lo importante es no rendirse nunca», afirma.
«Siempre he querido trabajar para el Estado y tener un puesto fijo para toda la vida»
Por eso, hace unos años decidió ir a por el sueño que tenía en la cabeza y empezó a prepararse para opositar. Viendo su tenacidad, su constancia y su capacidad para esforzarse nadie en la Fundación San Cebrián, ni su profesor, Daniel Sancho, ni la coordinadora de los itinerarios de formación para el empleo, Laura Carrasco, dudaron por un momento que tarde o temprano lo conseguiría. Y ha sido más temprano que tarde, porque a Sara le ha bastado un año en la Fundación San Cebrián, asistiendo a clases preparatorias de lunes a viernes, para conseguirlo. «Llevaba cuatro años estudiando, pero este ultimo año Dani me ha ayudado mucho, con los ejemplos que ponía en la pizarra, los esquemas de cada tema, los repasos, las preguntas tipo test, con juegos relacionados con los temas que hemos dado», explica Sara. «Se notaba que venía muy preparada y que controlaba mucho los temas», confirma su profesor porque, como en todo, «hay gente que va más preparada y otros que se tiran a la piscina sin agua y Sara fue al agua sabiendo nadar», añade.
Durante las clases de preparación se refuerzan los temas, se hacen juegos, actividades de estimulación cognitiva, ejercicios y exámenes, «para que no sea solo memorizar y memorizar», explica Daniel Sancho, que intenta controlar cómo va cada alumno y adaptarse a sus necesidades. Pero cuando se acerca la fecha del examen se intensifica el trabajo en casa. «Ahí ya cada uno nos repasamos los temas en casa, tema por tema, para no liarnos», continua Sara que no olvida ningún detalle del día del examen: «Iba muy segura. Me lo sabía todo». Y no quedaba otra, porque estos exámenes de oposición son tipo test y «caen preguntas de todos los temas», explica Sancho. «Cayeron muchas de paquetería, te preguntaban lo que es una carta certificada, si va primero lo urgente o lo importante y siempre hay que entregar el urgente», relata Sara. Y contestó todas bien, sacó un diez.
«Quiero ahorrar, ser independiente, tener mi dinero y más adelante ir a vivir yo sola o con mi pareja»
Pero había que esperar a que los méritos también sumaran, como así ha sido. Sara lo ha conseguido, ya es suya la única plaza que se convocaba en Palencia. «Se lo ha currado mucho, es muy constante», asegura su padre, con el que estuvo trabajando un tiempo en la tienda de ultramarinos, –«que para algo habrá servido también», señala– y que no puede estar más orgulloso de su hija.
«Sabía que tarde o temprano lo iba a conseguir, aunque me costara», afirma Sara. «Todos tenemos capacidad. No hay que rendirse, si te da el bajón tienes que decir que vas a poder con ello. No hay que rendirse», afirma.
En la Fundación San Cebrián, Sara encarna el objetivo de todo su trabajo. «Esto es el por qué de lo que hacemos. Al final estas cambiando la vida de las personas. Si no existieran unos apoyos tan específicos quizá no lo conseguirían», afirma la coordinadora de los itinerarios de formación.
Con la plaza ya bajo el brazo, Sara espera ansiosa el momento de incorporase a su puesto de trabajo en la Subdelegación de Defensa de Palencia, aunque reconoce que le da «un poco de respeto» por eso de los uniformes. «He pasado por ahí algunas veces pero no me he atrevido a entrar. He visto que está todo vigilado y con cámaras» confiesa.
Todavía no sabe cuándo se incorporará y lo que tendrá que hacer. «No sé, coger el teléfono, llevar el correo», señala. Pero si sabe lo que va a hacer cuando empiece a trabajar: «ahorrar, ser independiente, tener mi dinero y más adelante ir a vivir yo sola o con mi pareja, saber gestionarme».
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