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Río Valdeginate, Asaja

Asaja Palencia denuncia la contaminación de cauces por la presencia de topillos muertos

La organización alerta de los problemas sanitarios, como la tularemia, que podría provocar la presencia masiva de este animal en la provincia

El Norte

Palencia

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Jueves, 27 de junio 2019

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Una máscara es más que necesaria para todas aquellas personas que recorran la orilla del río Valdeginate entre Baquerín de Campos y Castromocho. Siete escasos kilómetros en los que el hedor hace de esa zona intransitable para las personas. El motivo, según denunció ayer Asaja, no es otro que los miles de topillos que se han caído al agua y han muerto en las últimas semanas en las aguas estancadas de este pequeño río que recorre la provincia.

Y es que esta plaga de roedores ha atacado el corazón del granero de España, en plena Tierra de Campos, donde las organizaciones agrarias calculan que solo la presencia de este animal podría mermar la cosecha de esta temporada hasta en un 40%. «La sequía ha bajado mucho la producción, pero los topillos se lo están comiendo. La zona cero está siendo Tierra de Campos, tanto en Palencia como en Valladolid. En el momento que se sube al norte, la incidencia es menor», apuntan desde la organización agraria.

«Es alarmante lo que estamos viviendo en la provincia, donde cada vez más superficie se ve afectada. Es una situación similar a la vivida en 2007. Si no se pone algún remedio, puede ser algo grave, aunque aún no hemos cuantificado el daño exacto», analizó ayer el presidente de Asaja, Honorato Meneses.

Entre los remedios que necesitaría el campo palentino se encuentra la quema controlada de rastrojos, medida prohibida hasta que finalice la época alta de incendios (30 de septiembre). «Está suspendida porque un juez consideraba que no había una relación directa con la quema y los topillos. Creemos que la quema controlada en cunetas, donde tiene su hábitat natural este animal, sería positiva. Ahora mismo no hay ningún producto que se pueda aplicar en el campo, la única medida que han promulgado desde la administración regional fueron las labores en las parcelas. Eso se ha hecho en muchos lugares y siguen con la plaga. El decálogo de la Consejería de Agricultura no digo que sea malo, pero se ha demostrado que es insuficiente», lamentó Meneses.

Pero el ejemplo que se ven en las imágenes que ilustran esta información se da en muchos más puntos de la zona sur de la provincia, tanto en Tierra de Campos como en el Cerrato o en la Nava. Las tierras del valle del Retortillo están padeciendo la misma situación y en localidades como Paredes de Nava, Fuentes de Nava o Villada su cosecha podría disminuir alrededor de un 30%. A la plaga de topillos se suma esta temporada la escasez de precipitaciones desde mayo, lo que ha supuesto otro varapalo para los agricultores de la provincia. «La sequía durante la primavera ha diezmado bastante la cosecha. Puede haber una reducción del 30%, aunque en la zona norte puede ser una buena cosecha. Donde está muy afectada es en el Cerrato y en el sur de Tierra de Campos, que es donde está el grueso de las hectáreas de la provincia», apuntó el presidente de Asaja.

La presencia de estos roedores pone en evidencia el estado del campo palentino, que podría arrastrar más plagas. «Los agricultores están con las labores de recolección y los que tienen regadío están regando. Están conviviendo con topillos, vivos y muertos, moscas y garrapatas. El campo está infectado. Eso tiene un peligro como la tularemia. Otras años hemos tenido muchos enfermos», inciden desde la organización agraria. Si preocupante e incierta es la cosecha de cereal, más negativa se ha presentado la de forraje, donde el segundo corte ha sido inexistente en muchos puntos de la geografía palentina. La presencia de estos roedores, más la sequía, ha terminado por diezmar la recogida de forraje. La situación cambia en el norte y en zonas de regadío, donde la cosecha ha edulcorado las cifras de recogida de forraje en la provincia.

Esta situación se asemeja a la vivida en 2007, cuando agricultores y ganaderos sufrieron la presencia masiva de topillos en las márgenes de ríos y arroyos, atasco de tuberías y sifones de riego por roedores y dificultades en las labores de cosecha y forrajes. «Las consecuencias ya las estamos viendo: la contaminación de ríos, arroyos y acequias, con miles de topillos muertos flotando en los cauces, entornos de los pueblos plagados de roedores vivos y muertos y desagradables olores por la descomposición de los animales. A las millonarias pérdidas que están sufriendo los agricultores se une el problema sanitario que puede reproducirse, como ya sucediera hace trece años, con la aparición de la tularemia, una enfermedad asociada científicamente a la superpoblación de estos roedores que afecta a las personas y a animales como liebre, conejo e incluso a los cangrejos», afirma Asaja..

Por ello desde ASAJA exigen que se «tomen las medidas oportunas para proteger la salud de los habitantes del medio rural. Ahora mismo los agricultores y ganaderos están mañana, tarde y noche en el campo y desgraciadamente tienen que convivir con este problema. Además, los pueblos de nuestra provincia ven su población aumentada en estas fechas estivales por la llegada de los veraneantes, por lo que el riesgo sanitario es mucho mayor ya que los topillos han colonizado parques, piscinas, jardines y calles de las localidades de la comarca de Campos», concluyen.

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