La antigua cárcel de Palencia se queda sin goteras y podrá utilizar los espacios abandonados para una gran biblioteca

Desde su entrada en servicio a principios de 2015, la Concejalía de Cultura, de la que depende directamente su gestión, solo ha podido utilizar una parte del inmueble, que cuenta en su totalidad con 6.000 metros cuadrados. Prácticamente la mitad del espacio dejó de estar disponible desde los primeros momentos, puesto que se cedieron a la Policía Nacional para la creación de un centro de estudios históricos, que incluía un amplio volumen de documentación, así como una exposición permanente de vehículos y uniformes.

Dos años después, este archivo policial cerró por presiones políticas de algunos grupos municipales y el espacio volvió a quedar en manos del Ayuntamiento, que, sin embargo, tampoco pudo utilizarlo por el deterioro que sufría debido a las filtraciones de agua desde la cubierta y el riesgo de hundimiento de los techos de escayola –durante la ocupación por parte de la Policía se produjeron varios desprendimientos, lo que obligó a cierres temporales–.

Así, hasta que no han terminado las obras de modificación e impermeabilización de las cubiertas que se han ejecutado a lo largo de los últimos cuatro meses, el Ayuntamiento de Palencia no ha podido disponer nunca de todo el espacio del centro cultural Lecrác.

Ahora ya lo tiene, con lo que pueden arrancar una serie de proyectos de la Concejalía de Cultura encaminados a mejorar la oferta de servicios para los ciudadanos de la zona sur de la ciudad, así como a satisfacer las demandas de diversos colectivos sociales que reclaman la posibilidad de contar con espacios públicos.

Entre esas demandas, destaca fundamentalmente la de los grupos de estudiantes universitarios, pero también de convocatorias de oposiciones, que piden al Ayuntamiento más puestos de estudio, aunque en estos momentos el centro Lecrác tenga habilitadas dos salas específicamente para este cometido, con un total de 128 plazas (56 en una de las estancias y 72 en la otra, que en estos momentos están limitadas al 33% debido a las restricciones por la pandemia).

De esta forma, al poder disponer de todo el espacio, una de las salas que queda disponible se destinará a la creación de una tercera sala de estudio, con 62 puestos más, a la que se podrán sumar otra gran cantidad de plazas, puesto que el proyecto de mejora concebido por la Concejalía de Cultura incluye la creación de una gran biblioteca, que estará dotada de un gran número de puestos de lectura, aumentando de esta forma el cotizado espacio que puede ser utilizado por los estudiantes.

Para ello es necesario unificar en Lecrác los fondos documentales y las colecciones bibliográficas de las dos bibliotecas municipales que ahora funcionan en los centros sociales de Miguel de Unamuno y de San Telmo, espacios que quedarán de esta forma vacíos para poder acoger actividades de las asociaciones de vecinos.

Pero no solo se beneficiará la Concejalía de Cultura, puesto que también se recuperan estancias para los departamentos de Juventud y de Infancia. En especial, podrá volver a funcionar la sala infantil situada junto a la entrada del centro y que ha sido una de las más dañadas por las goteras y las filtraciones de agua. En su cubierta era uno de los puntos en los que más agua se acumulaba, por lo que ahora, tras la reforma puede volver a ofrecer sus servicios.

En la misma situación se encuentra el espacio destinado a sala polivalente, también situado junto a la entrada, en la que se volverá a colocar máquinas de 'vending', con bebidas y alimentos, además de abrirse la posibilidad de habilitar un pequeño servicio de cafetería con terraza.

Para que toda esta actividad pueda volver a Lecrác han sido necesarios cuatro meses de obras, en los que se han transformado prácticamente todas las cubiertas del inmueble mediante la colocación de elementos inclinados que permitan achicar el agua de la lluvia, que hasta ahora se acumulaba en auténticas piscinas sobre el edificio, dado que apenas contaba con sumideros y los que había se encontraban obstruidos o mal situados, con lo que no conseguía achicar el agua acumulada.

Después de años de gestiones, el Ayuntamiento logró que el Ministerio de Transportes destinase 378.000 euros a corregir todas estas deficiencias, a las que se sumaban también graves problemas de accesibilidad tanto a esas cubiertas como a otros muchos espacios del inmueble.

Canalizaciones

«Con esta actuación, se ha logrado una evacuación eficaz de las precipitaciones que puedan tener lugar, y, además, con un impacto estético mínimo, tal y como se puede observar a simple vista», apuntó ayer el primer teniente de alcalde, Alfonso Polanco, que visitó el inmueble con los concejales de Obras, Facundo Pelayo, y de Urbanismo, Luis Fernández Vallejo, junto a la arquitecta directora de las obras, Marta Gonzalo. «Se han creado además nuevas canalizaciones para mejorar esa capacidad de evacuación, e incluso diversificarla en caso de bloqueo de las principales canalizaciones», manifestó Polanco.

En este sentido, la arquitecta explicó que el edificio presentaba numerosas deficiencias para la evacuación del agua y que ha sido complicado resolver los problemas por el amplio número de espacios diferentes, con alturas distintas, que pueden encontrarse en la cubierta. Además, según recalcó se han creado escalas de acceso, pasarelas aéreas y líneas de vida, de tal forma que subir al tejado del edificio no quede reservado a los bomberos, como ocurría hasta ahora. «Ahora puede subir cualquier personal que esté cualificado y cuente con el equipo adecuado de arneses, porque hay accesos y líneas de vida por toda la cubierta, en el caso de que hay algún problema», manifestó la arquitecta.

Polanco explicó que esta inversión ha permitido reparar las deficiencias más urgentes, que permitirá recuperar el uso del edificio, aunque reconoció que sigue habiendo problemas con la climatización, e indicó que con los fondos europeos puede buscarse una solución que aporte eficiencia energética, además de funcionalidad, aunque señaló que ese proyecto aún no ha comenzado siquiera a estudiarse.