«La alcaldía y la labor pública están muy metidas en los cuentos que he escrito»
El regidor de Paredes de Nava debuta en la literatura con una obra compuesta de diez historias que presentará este jueves en el Casino
En la dedicatoria nombra a Jorge Manrique y antes del prólogo introduce una frase de 'El Camino' de Miguel Delibes (Las cosas podían haber sucedido ... de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así), novela que leyó en octavo de EGB en La Salle. Luis Calderón Nágera (Palencia, 1972) presenta este jueves en el Casino a las 20 horas su primer trabajo literario, 'Cuentos apresurados', donde reúne diez trabajos escritos en la última década. Ingeniero de Caminos y alcalde de Paredes de Nava (Palencia) desde 2015, ha sido galardonado por distintas colaboraciones en medios locales con dos premios Mariano del Mazo y un Francisco de Cossío.
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–¿Por qué decidió titularlo 'Cuentos apresurados'?
–La selección de cuentos la ha hecho el poeta Sergio García Zamora, que es quien lo ha promovido. Y en esa selección hay varios cuentos que se publicaron en la revista Presura, de la feria con el mismo nombre del Hueco de Soria, dedicada a la despoblación, ahora a la repoblación. Y todos los años me piden un cuento y de ahí han salido cuatro o cinco para el libro. Y jugando un poco con las palabras, pues 'Cuentos apresurados', pero en el prólogo se dice que se lean despaciosamente. Así que apresurados no quiere decir que sean apresurados en el tema de prisa, sino de presura, de esa feria dedicada a la repoblación, porque todos los cuentos ocurren en sitios pequeños, en sitios como nuestra capital o nuestros pueblos. Y tienen un poco esa connotación de la despoblación y de la repoblación también.
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–¿Se trata de una defensa del medio rural?
–Sí, es una reivindicación del medio rural como lugar donde la vida es mucho más intensa. Al final, la vida en el medio rural o en los sitios pequeños, que están más cerca de la naturaleza, tienen una mayor vinculación primero con las estaciones, con el paso del tiempo de otra forma. Si estás rodeado de hormigón o de aglomerado, no sabes si es invierno o verano al final. En cambio, en un sitio pequeño, el crecimiento y los ciclos de la naturaleza te están hablando del paso del tiempo también. Y luego la cercanía con la gente es muy distinta, porque el cara a cara es de otra forma, todo el mundo se conoce y también sabe la historia, lo que va detrás de cada persona. A veces incluso los días son un acontecimiento en cierto modo. Si haces un balance en un pueblo o en una ciudad pequeña, te das cuenta de que puedes vivir con mucha más calidad.
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–¿Cómo ha sido la creación de estos cuentos?
–Algunos de ellos pueden tener diez años y el tema de la alcaldía pesa mucho. Estos diez años de alcalde lo que te hacen es un máster en las reacciones de las personas porque te especializas mucho más en humanidad, mucho más que en procedimiento administrativo. Las reacciones de la gente no dejan de sorprenderme y cada día aprendo una cosa. Yo creo que ahora enfoco muy distinto todo que hace diez años, precisamente por ese máster en alcaldía.
«Es una reivindicación del medio rural como lugar donde la vida es más intensa»
–Entonces, le ha ayudado su labor como alcalde de Paredes para crear sus cuentos...
–El pozo de la alcaldía y de la labor pública está muy metido en los cuentos que he escrito. Y además, desde la alcaldía detectas mucho más la pasión y la vehemencia de las reacciones humanas. Y eso es mucho más atractivo a la hora de encontrar una situación en una historia, aunque las historias puedan tener en un momento dado a lo mejor un origen real, luego ya desembocan por el misterio, por la fantasía o por donde sea, pero es verdad que eso sí que me ha ayudado.
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–¿Cómo compagina su papel de regidor con su faceta literaria?
–Pues trato de escribir los fines de semana o a ratos. También es verdad que cuando de pronto te llega una historia que puede ser provocada precisamente por esa actividad municipal, hasta que no resuelves ese guión, hasta que no cierras el círculo, no dejas de darle vueltas. Entonces ya eso te lleva a desarrollar esa historia. Luego, escribirla es lo de menos. El tema es cómo lo piensas todo y cómo lo vas cerrando.
–¿Pensó que llegaría a escribir un libro cuando estudiaba Ingeniería de Caminos?
–La Ingeniería de Caminos son unos estudios muy exigentes. Los años de la Ingeniería, me metí mucho en la Ingeniería. Sin embargo, formalmente estos cuentos sí que tienen dos influencias claras. Una es precisamente esa formación en Ingeniería, porque igual que cuando hago cualquier discurso o artículo, intento siempre que se quiera decir algo y que quede patente, que haya una novedad en cada cosa que escribes, y la Ingeniería te obligaba a estructurar y resolver problemas. La literatura ahí no tenía cabida, pero, en cambio, tenías que resolver un problema y llegar a unas conclusiones perfectamente definidas. Eso, al final, también te estructura en cierto modo la forma de trabajar y de pensar, y yo creo que un poco los cuentos sí que tienen esa base en la Ingeniería. Y luego, otro tema que también ha influido mucho en los cuentos es que si los escribía, por ejemplo, para una revista o para algún medio y tenía que tener un número exacto de palabras, no te podías pasar de eso. Y esto exigía una labor de síntesis, de poda y al final se queda una estructura y un lenguaje muy sencillo.
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«Las reacciones de la gente no dejan de sorprenderme y cada día aprendo una cosa»
–Delibes y Jorge Manrique no podían faltar en su obra...
–El libro está dedicado a Paz Nágera, que es mi tía. Fue profesora de Literatura en Magisterio en Palencia y ella es una persona que ha reivindicado desde hace décadas a Jorge Manrique y fue la promotora del monumento en Paredes. Y estando en Paredes era obligatorio. Y de Delibes sí que puede haber influido en la obra. Leí 'El Camino' en el colegio y es casi el primer libro que se te queda. Luego me llegó mucho 'La Colmena', de Cela. Y también recuerdo películas, como 'Top Gun', 'Los intocables de Eliot Ness' y de Tom Ford, que nos impactaron aunque fuesen básicas porque tenían un buen guion. Y es que al final el guion es lo que hace la historia.
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