El agua que dejó la tromba en Cervera alcanzó hasta un metro de altura
Algunos comerciantes han tapado las puertas con tablones para proteger sus negocios por si se repite la inundación
Nuria Estalayo
Lunes, 12 de junio 2023, 19:48
Fue un domingo muy largo para comerciantes, vecinos, bomberos y protección civil, que estuvieron limpiando las calles de Cervera de Pisuerga y anegando agua ... hasta más de las 23 horas, después de que una intensa tormenta descargase más de 75 litros en treinta minutos ese mismo día (poco antes de las 16 horas). La tromba de agua anegó las zonas más bajas del municipio y obligó a intervenir a los bomberos en más de una veintena de negocios, sótanos y garajes para achicar la ingente cantidad de agua acumulada.
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Además, resultó herido durante la tormenta un camarero, que se cayó y se rompió dos costillas.
En la mañana de este lunes, ya estaba prácticamente todo limpio y los comercios y bares de nuevo tenían todo a punto para volver a abrir. Aunque suele ser día de descanso semanal para algunos, los propietarios aprovecharon para hacer una mayor limpieza en los locales. El negocio más afectado fue el Bar Morrison, situado en la Plaza Mayor, que se ha visto obligado a cerrar unos días, después de que el agua dañase las cámaras frigoríficas.
A lo largo de este lunes, algunos comerciantes, para prevenir que la lluvia pudiera volver a entrar en sus establecimientos, han tapado las puertas con tablones de madera e instalado alguna especie de barricada para tratar de frenar otras posibles inundaciones. Y es que la altura del agua superó en muchos lugares el metro, por lo que también un buen número de coches aparcados a lo largo de las calles céntricas resultaron afectados.
Algunos vecinos, que optaron el domingo por ponerse botas de agua para evitar mojarse, se dieron cuenta de que era insuficiente, ya que lo único que les podía proteger eran las botas y buzos de pescador que llegan por encima de la cintura.
Las calles de Cervera destacaban por estar muy vacías este lunes. Terrazas recogidas y vecinos encerrados en sus casas esperando que la lluvia, que volvió a hacer aparición a lo largo del día, no se convirtiera de nuevo en un río torrencial como ya ocurrió el día anterior.
El alcalde en funciones, Jorge Ibáñez, sí que pensó el mismo domingo en gestionar la declaración de zona catastrófica, pero finalmente los daños materiales no han sido tantos como se pensaba en un principio y, tras la limpieza, los comercios han reabierto con normalidad este lunes.
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