Las abundantes lluvias y las temperaturas apropiadas auguran una primavera micológica «excelente»
Los aficionados están recogiendo en los pinares de Palencia gran cantidad de colmenillas y pucheruelos
La abundancia de lluvias durante el pasado invierno y la presente primavera, junto a episodios de temperaturas apropiadas, favorecen una primavera micológica «excelente» en gran parte de España, según explica el director de la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, Juan Andrés Oria de Rueda. Los análisis estacionales de lluvias en todas las regiones del occidente de España y Portugal explican esta notable producción. Los estudios de las parcelas de seguimiento indican que se ha conseguido una excelente reserva de agua en los suelos de los montes, agrega.
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Los temporales se han sucedido y han aportado una gran cantidad de lluvia registrada en la mayor parte de la Península Ibérica desde el otoño hasta los meses de marzo y abril. Los fuertes aguaceros de marzo, junto a temperaturas no demasiado frías, han hecho fructificar con profusión diversas setas de primavera.
Ya en el mes de febrero de este año se produjo en Andalucía occidental un brote desmesurado de los exquisitos gurumelos (Amanita ponderosa) tras las borrascas y golpes de calor, recogiéndose multitud de ejemplares de gran tamaño (algunos ejemplares superaron el kilogramo de peso) en los 'matos', 'calviteros' o setales de esta buscada especie en alcornocales y encinares aclarados. Pero tras el intenso periodo de lluvias que acompañó a la Semana Santa, se volvió a repetir el 'gurumelazo' o 'golpe de gurumelos', con episodios de enorme fructificación de esta deliciosa seta en los montes y jarales de Huelva, Sevilla, Jaén y Córdoba, así como en Badajoz, añade Oria de Rueda.
También en las zonas abiertas de pastizal del occidente ibérico (Sierra Morena y Extremadura) se están recogiendo las subterráneas turmas o criadillas de tierra, que en esta primavera alcanzan tamaños inusualmente grandes.
Los aficionados en los pinares del centro y norte peninsular están recogiendo cantidades de colmenillas o agallardas (Morchellas), sobre todo en las riberas, pinares y matorrales de la cuenca del Duero y Tajo, especialmente en los de Palencia, Segovia, Ávila o Soria. En estas tierras de pinares se cosechan los apreciados pucheruelos y pucheretes (Sarcosphaera eximia y Helvella leucomelaena). «Las colmenillas y pucheruelos hay que cocinarlos muy bien porque son venenosos en crudo», comenta el profesor Pablo Martín Pinto, subdirector de la Cátedra de Micología.
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En las comarcas calizas de la mitad norte peninsular (Soria, Burgos, La Rioja) están apareciendo en creciente abundancia las setas finas o perrechicos, también llamadas setas de San Jorge por aparecer en abril en pastos abiertos con espinares. Se prevé una producción mayor a la habitual en mayo e incluso junio en las altas montañas. También han empezado a asomar los migueles o boletos rojos de primavera (Boletus pinophilus) de los que se está iniciando una gran cosecha en los pinares de montaña.
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