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josé carlos diez
Viernes, 3 de julio 2015, 13:37
Un grupo formado por tres socios de Guardo dos hombres y una mujer ha adquirido la mina de San Isidro y María, situada en Velilla del Río Carrión. La compra se ha formalizado en el Juzgado de lo Mercantil de Gijón (Asturias). Los tres socios, dos de ellos relacionados con la minería, han superado con creces las ofertas de otros competidores en la subasta y se hicieron con la propiedad de esta explotación de interior por 110.000 Euros.
Según ha explicado uno de los tres socios compradores, José Luis Fernández, ahora se hallan en trámites de constitución de la nueva empresa, que se denominará Carbones Alto Carrión SL, y ya tienen previsto ponerse en contacto con Iberdrola, uno de los potenciales clientes para dar salida al carbón de la empresa. No en vano, la compañía hidroeléctrica es la propietaria de la central térmica de Velilla.
Además, según José Luis Fernández, uno de los problemas a los que se van a enfrentar ahora es al expolio de muchas de las propiedades de la antigua empresa. «Se expolió parte de lo que había, desaparecieron muchas cosas, pero los destrozos de los ladrones es lo peor, nos han robado parte del cobre y mucho material eléctrico de la mina», explica.
La intención de los nuevos propietarios es «comenzar por levantar la mina, hacer frente a lo que está desmantelado, reponer lo que nos han robado y ponerla en marcha poco a poco», indicó el empresario, quien añadió que en quince o veinte días podrán comenzar a adecentar la mina por fuera y a reconstruir todas las instalaciones que destrozó la nevada este invierno.
Inicio en septiembre
José Luis Fernández agregó que entre los planes de la nueva sociedad está el de contratar a tres o cuatro personas de las que estaban en la anterior empresa para comenzar estos trabajos previos al inicio de la explotación, que podría comenzar en septiembre.
Carbones San Isidro y María, la última explotación de interior de la provincia de Palencia, cerró en marzo del año pasado, aunque la actividad había cesado en diciembre de 2013. La empresa tenía deudas con la Seguridad Social y con Hacienda, y adeudaba también salarios a los 16 trabajadores que tenía entonces, por lo que entró en concurso de acreedores.
Al poco tiempo de producirse el cierre, se plantearon varias ofertas de compra por parte de diversas empresas, entre ellas Minarsa, una sociedad con sede en Cangas del Narcea (Asturias), aunque las negociaciones para la adquisición definitiva de la clausurada explotación no han cuajado hasta ahora.
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