Peñafiel dice adiós a Segundo Quiroga, el hombre extrovertido de la eterna boina

Segundo, tocado eternamente con su característica chapela negra, era muy conocido en la villa peñafielense por su actividad empresarial, la venta de abonos y fertilizantes en toda la comarca, a la que siempre se dedicó priorizando el trato personal con sus clientes y por la de su mujer, Tita, al frente de la tienda de ultramarinos Ojosnegros en la que más tarde le dio el relevo su hijo Martín que añadió a la oferta múltiple de la tienda una vinoteca más que oportuna por tratarse de esa zona.

«Era un gran lector, estuvo suscrito a El Norte de Castilla toda la vida», comentan quienes lo conocían, que le recuerdan leyendo sentado a la puerta del establecimiento de su mujer cuando acababa su jornada tras recorrer las explotaciones agrarias de sus clientes, en una misión que certifica que para él el trato personal y directo era innegociable.

«Todo el mundo apreciaba a Segundo. Era muy extrovertido, con todo el mundo se paraba a charlar y sabía cuidar el trato personal como pocas personas», describen de él sus vecinos.

Segundo, que además de Martín tuvo tres hijas, era el abuelo de seis nietos. Su funeral se celebra la tarde del sábado en la parroquia San Miguel de Reoyo de Peñafiel.