Con inquietudes científicas

Promover el espíritu investigador y técnico de los alumnos, crear espacios que sustenten sus trabajos de investigación, aprovechar los conocimientos tecnológicos para resolver los problemas cotidianos, así como despertar su interés por la investigación, la ciencia y la tecnología. Es el objetivo de las jornadas que se desarrollan han comenzado este miércoles y continuarán el jueves en el instituto Trinidad Arroyo con el objetivo de que se convierta en un centro de referencia en ciencia y tecnología.

Cuenta con un importante aval, que es el de ofrecer el Bachillerato de Investigación y Excelencia en la modalidad de Ciencias y Tecnología, en la que las tareas y las prácticas de laboratorio constituyen el aspecto esencial de su metodología. Las modalidades, las materias comunes y las asignaturas de modalidad son idénticas a las del Bachillerato ordinario, pero se incrementa en una hora semanal la dedicación para las materias de modalidad en los dos cursos. «El bachillerato ya lo tenemos, pero en el centro no paramos, queremos ser un centro de referencia», explica el químico Ramón Polanco, profesor de Tecnología y Física en el instituto Trinidad Arroyo y coordinador de estos estudios.

La actividad que se desarrolla estos dos días es voluntaria para los alumnos, pero la respuesta ha sido muy satisfactoria, ya que se han inscrito 113 desde tercer curso de ESO hasta segundo de Bachillerato.

Los científicos y profesores universitarios Gerardo Gutiérrez Fuentes, José Ignacio Calvo e Israel González de la Torre trasladan a los alumnos sus experiencias de formación para una economía competitiva o sobre biotecnología. Por su parte, el maestro chocolatero Javier Ramos, jefe de Producción de Trapa, hablará hoy de la experiencia de su empresa.

Además, ayer se organizaron siete talleres, en los que el instituto Trinidad Arroyo enrolaron a los escolares de sexto de Primaria de los colegios Modesto Lafuente, Marqués de Santillana, Padre Claret, Ramón Carande y el colegio San Pedro de Baltanás, de los que participaron medio centenar de niños, que por ejemplo jugaron a ser físicos a partir de electroimanes.

Las jornadas se complementan con dos exposiciones. Una fotográfica, titulada El ojo de la ciencia, que muestra imágenes propuestas por los propios alumnos con las que hacen una defensa de lo que la ciencia ha aportado a la sociedad. La otra, cedida por la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias, sobre la gestión de los bosques.