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Una trabajadora sirve la comida a los residentes.

La residencia de Dueñas cubre un servicio muy demandado y genera nuevo empleo

El centro de mayores, con 14 trabajadoras, recupera el colegio de las teresianas

Asunción García Diez

Lunes, 29 de septiembre 2014, 11:00

«Es la respuesta a una demanda histórica. Es una petición de los vecinos desde que llegué a la Alcaldía, pero la necesidad se había planteado desde años atrás». Así define Miguel Ángel Blanco lo que supone para la ciudad que gobierna en su segundo mandato la apertura de la residencia de personas mayores, que entró en funcionamiento el pasado 1 de julio. Prueba de que existía esa necesidad es que en estos tres meses ya están ocupadas 34 de las 49 plazas del centro, e incluso antes de la apertura, la empresa Clece, a la que se ha adjudicado la gestión, ya había recibido 60 solicitudes.

Blanco no oculta su satisfacción por haber conseguido poner en marcha el centro Ciudad de Dueñas, porque no solo se ofrece una prestación a la localidad y también a municipios próximos de la provincia y de Valladolid, sino porque cumple otro de los objetivos con los que se gestó el proyecto, el de generar empleo, «sobre todo femenino, y de mujeres jóvenes», remarca el alcalde.

La plantilla de la residencia está formada por 14 personas, la mayoría mujeres, según indica la directora del centro, Adelaida Urueña. «Además, el personal contratado es de Dueñas, como establece el Ayuntamiento, al ser un centro municipal», explica la directora. Gerocultores para la atención a los residentes (7), personal sanitario (un médico y una enfermera), personal de limpieza y otros servicios forman la plantilla de la residencia Ciudad de Dueñas.

El centro viene a confirmar que las prestaciones geriátricas constituyen un nicho laboral. «Efectivamente, las residencias de personas mayores y las actividades que en ellas se desarrollan son un yacimiento de empleo», afirma Adelaida Urueña.

Y un objetivo más que se ha cumplido es de carácter patrimonial y urbanístico, al recuperar y dar uso a un edificio emblemático de la ciudad y que llevaba diez años sin actividad, lo que fue el antiguo colegio religioso de Santa Teresa de Jesús, en el que estudiaron numerosos eldanenses de varias generaciones, incluidas algunas de las actuales usuarias de la residencia. «Se trataba también de buscar una solución para este edificio. Dentro de otros 10 o 14 años con el inmueble en desuso, hubiéramos estado ante un conflicto como el palacio de los Condes de Buendía», advierte Miguel Ángel Blanco, en alusión a los vestigios de ese inmueble del siglo XV a punto de perderse tras varios derrumbes.

El pozo en el claustro atestigua el origen como hospital de Santiago

  • Hay una forma de constatar si un edificio de este tipo fue hospital o no. Si tiene pozo, lo fue, porque se necesitaba el agua para lavar las heridas. Miguel Ángel Blanco aporta esta aclaración en el claustro de la residencia, donde se conserva el pozo y se aprecia la pared de piedra de la capilla, con una hornacina, durante el recorrido para mostrar la residencia. A la visita asisten también las concejalas de Urbanismo, Amparo Gutiérrez, y de Asuntos Sociales, Lidia González.

  • El alcalde de Dueñas negoció durante tres años con el obispado y la congregación de Santa Teresa para adquirir este edificio, que las religiosas utilizaron durante un siglo como colegio y que anteriormente fue hospital de Santiago. El inmueble fue adquirido por 850.000 euros, incluido el edificio de enfrente, que era el de las clases de preescolar y donde más adelante se podría habilitar una ampliación de la residencia, según indica el alcalde.

  • La remodelación, ejecutada sobre el proyecto de la arquitecta municipal, Ana María López, y también adjudicada a Clece, costó 1.356.000 euros, de los que la Junta y el Estado financiaron el 60% (700.000 euros), y el resto, el Ayuntamiento, con fondos propio y un crédito del BCL respaldado por la Diputación. La institución provincial aportó, además, 78.000 euros de los 150.000 que costó el mobiliario.

  • Tanto en las instalaciones como en el mobiliario se ha buscado el carácter funcional. En el interior, se ha jugado con los colores para favorecer la orientación de los residentes, con diferentes tonalidades en cada estancia. Pasillos y dependencias se han decorado con cuadros de los concursos de pintura rápida que organiza el Ayuntamiento.

  • Las numerosas ventanas y los ventanales que dan al soleado patio interior permiten que el centro sea claro y luminoso.

La intervención para convertir el edificio en residencia respeta íntegramente la estructura del antiguo colegio, aunque el interior se ha adaptado a las necesidades del servicio, con espacios amplios y prácticos.

El centro tiene dos plantas y dispone de 29 habitaciones, de las que cinco se ubican en la planta baja (cuatro dobles y una individual), y las otras 24 en la primera planta (16 dobles y ocho individuales).

Además de la estancia y el comedor, la residencia ofrece terapia ocupacional, fisioterapia y servicios sanitarios, para lo que dispone de dependencias específicas. Cuenta con peluquería, podología, salas de estar para ver televisión y para juegos de mesa, y los domingos, servicio religioso. La misa se oficia ahora en una sala del centro. Y es que, aunque en el edificio se conserva la capilla del colegio, que era la antigua iglesia del hospital de Santiago, esta pertenece al Obispado, y su uso está a expensas de negociaciones.

La mayoría de los residentes son de Dueñas, pero también hay algunos de Palencia, Villamuriel o de Cubillas de Santa Marta (Valladolid). El centro da cabida a personas válidas y asistidas. Sus edades oscilan entre los más de 90 años y los poco más de 50 de un usuario que es tetrapléjico.

El hecho de que la mayoría de los residentes sean de Dueñas o de localidades próximas «favorece su integración social, ya que pasan buena parte del tiempo en el pueblo, solos o acompañados de personal del centro, y reciben muchas visitas», coinciden el alcalde y la directora.

«Da respuesta a una demanda, genera puestos de trabajo y además es financieramente sostenible», subraya el alcalde. Argumenta que el nivel de ocupación a solo tres meses de la apertura en pleno verano es aceptable. Las tasas del centro son competitivas, «de ahí que empecemos a tener solicitudes de otras ciudades», indica Blanco. Añade que el canon por plaza que se cobra a la empresa está calculado para compensar la aportación del Ayuntamiento a las obras.

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