10.495 palentinos, el 80% mujeres, cobran una pensión media de viudedad de 758 euros
La pérdida del cónyuge motiva el 24,7% del total de prestaciones de la Seguridad Social, que reciben uno de cada cuatro habitantes
Las pensiones siempre han sido «el caballo de batalla», constata Sebi Malanda, vicepresidenta de la asociación actualmente y presidenta durante quince años. No obstante, ... y a pesar de que la reivindicación por unas pensiones de viudedad dignas es una de las eternas luchas, con 87 años, la que fue presidenta de la asociación, ha visto cómo han mejorado las condiciones a través de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Viudas Hispania. «La mujer viuda cobraba el 52% de la base reguladora de lo que cobraba el marido, después de tantos años de lucha hemos conseguido que sea el 56%», explica orgullosa la palentina.
La actual presidenta de la asociación, Aurelia Rodríguez, después de tener cuarenta años cotizados, cuando obtuvo su pensión por jubilación, la correspondiente de viudedad se quedó en algo «insignificante». Aunque con ambas trata de apañarse, lamenta que siempre «tiren a la baja».
LOS DATOS:
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194 pensiones de viudedad menos se pagaron en marzo de 2021 respecto al año anterior.
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42.238 es el número total de beneficiarios de una prestación en Palencia.
El objetivo por alcanzar que el número de años cotizados pueda ser más igualado para que se cobre una pensión digna de jubilación y la de viudedad no sea tan imprescindible. «Las mujeres jóvenes lo tendrán más fácil si pueden trabajar», afirma Aurelia Rodríguez.
Pelean por mejorar sus condiciones de vida, pero pese a ser alrededor más de 2 millones en España se sienten invisibles. Sus pensiones siguen siendo escasas e inciden en que no solo han perdido a su pareja, algunas de ellas desde muy jóvenes, sino que su calidad de vida se ha reducido a la mitad, al 56% exactamente, que es la parte del sueldo de su marido que cobran al enviudar. Pero no el 56% de lo que cobraba su cónyuge, sino el 56% de la base reguladora. «¿Por qué nos lo quitan además dos veces, primero por lo que nos reducen y luego pagando en la Declaración de la Renta?», lamenta Sebi Lalanda. A los problemas económicos a los que tienen que enfrentarse, muchas se ven obligadas, a ayudar a sus hijos y nietos en asuntos de logística doméstica y económicamente. Y es ahí, donde en algunos casos aparece otro grave problema. Ahora, los hijos cobran la orfandad hasta los 22 años en lugar de hasta los 18, pero se suelen emancipar y luego muchos, en situación de separaciones matrimoniales vuelven a casa y tiran de nuevo económicamente de sus madres.
Actualmente, 10.485 palentinos (si bien se puede hablar en femenino), 194 menos que el año pasado, cobran una pensión de viudedad entre las 42.238 prestaciones que abona el Instituto Nacional de la Seguridad Social, (4.017 de incapacidad permanente, 26.142 de jubilación, 10.485 de viudedad, 1.373 de orfandad y 301 de favor de familiares), lo que indica que uno de cada cuatro palentinos cobra una paga. Y eso que por vez primera en la historia, Castilla y León ha entrado en un año con menos pensionistas de los que tenía hace doce meses. En el año de la covid, la envejecida población de la comunidad ha sufrido como ningún otro colectivo el efecto de la pandemia.
En el conjunto de Castilla y León, de las 612.122 pensiones actuales, un 7,59% son de incapacidad permanente, un 63,77% de jubilación, un 24,86% de viudedad, un 3,16% de orfandad y un 0,63% son pensiones a favor de otros familiares.
Por tipo de pensión, las mayores cuantías medias en Castilla y León corresponden a pensiones de jubilación e incapacidad permanente, con 1.174 euros y 991,49 euros, respectivamente. Por provincias, Valladolid tiene la cuantía media de pensiones contributivas más elevada de la comunidad (1.145 euros), un 11,1% superior a la nacional (1.030 euros), Y le siguen Burgos (1.097 euros) y Palencia (1.048 euros).
Una cuantía media más cercana a las de jubilación o incapacidad permanente que a las de viudedad, que son en Palencia de 758 euros de media, 20 por encima del índice nacional y 28 euros más que en Castilla y León.
El número de pensiones contributivas se ha situado en la comunidad en 612.010 en este mes de enero, lo que supone 4.196 prestaciones menos (el 0,68%) que hace un año, frente al aumento de 97.100 (el 0,10%) en el conjunto de España. De enero a diciembre de 2020 se dieron de alta en el sistema 531.843 nuevas pensiones a nivel nacional, el 5% menos que en el mismo periodo del año pasado, mientras que causaron baja 517.924 beneficiarios, el 14,3% más que en 2019.
Mientras engorda la lista de beneficiarios de pensiones, que seguirá creciendo en las próximas décadas con la llegada de la jubilación de aquella generación del 'baby boom', el número de beneficiarios de una prestación de viudedad se reduce inexorablemente desde el año 2012, precisamente cuando alcanzó el máximo y rozó los 1,7 millones de perceptores (si bien la inmensa mayoría son mujeres) en España. Desde entonces, año a año ha ido menguando y en los últimos ocho ejercicios la cifra de viudas ha descendido más de 100.000 viudas, hasta situarse por primera vez por debajo de la barrera de los 1,6 millones, según los últimos datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Cabe destacar que pensiones de viudedad hay más, se elevan hasta las 2,34 millones, una diferencia que se debe a que hay un número importante de personas (unas 760.000) que cobran dos prestaciones de viudedad: una por el Régimen General y otra por el RETA. Por el contrario, la pensión media de viudedad escala de forma significativa año a año hasta los 738 euros al mes, cuando en 2007 ni siquiera llegaba a los 500 euros.
La principal razón que explica este fuerte descenso de las viudas es la mayor presencia de la mujer en el mercado laboral. Así, aunque aún hay menos mujeres que hombres trabajando, esta diferencia se ha ido reduciendo en las últimas décadas. En 2021, el sistema cuenta con casi nueve millones de afiliadas, frente a los 10,2 millones de cotizantes varones, lo que supone una brecha del 7%. Sin embargo, hace 60 años, cuando se creó este tipo de pensión, la mujer prácticamente no participaba en el mercado laboral y eran muy pocas las que tenían un empleo, por lo que la viudedad ha jugado un «papel fundamental al evitar situaciones de pobreza entre las mujeres más mayores», según señala el informe de Fedea.
Esto se constata también en el hecho de que la diferencia de género en el número de cotizantes es creciente con la edad. Por ejemplo, para los grupos de entre 25 a 45 años, la brecha aumenta del 2% al 9% y llega a ser del 15% para los cotizantes de entre 55 a 65 años. Es decir, las nuevas generaciones de mujeres del mercado laboral participan mucho más. Esto significa que «aproximadamente dentro de 25 años las diferencias de género en el número de periodos cotizados se habrán reducido en un 50% y la gran mayoría de mujeres pensionistas cobrarán una pensión de jubilación», según explica el estudio, que concluye que entonces la viudedad ya no será «un instrumento tan adecuado para evitar la pobreza durante la vejez».
Menos matrimonios
Otra de las posibles causas de esta caída es que cada vez hay menos matrimonios o parejas de hecho, requisito imprescindible para poder acceder a esta prestación, así como que la edad media a la que se produce la viudedad está aumentando debido a la cada vez mayor esperanza de vida, por lo que este colectivo cada vez es menos numeroso y, además, el periodo en el que lo cobran se reduce también.
Otro factor que está influyendo es que las pensiones de jubilación son cada vez más altas y hay más beneficiarios que cobran el máximo permitido, sobre todo entre los hombres, que son los que cuentan con carreras laborales más largas y mejores salarios. Así, aunque jubilación y viudedad son compatibles entre sí, si el cónyuge que enviuda está cobrando la pensión máxima no tendrá acceso a esta otra, por existir ese tope legal. Si recibe una pensión menor, se le compensará hasta el límite de los 2.707 euros mensuales establecidos actualmente por ley. «Las nuevas generaciones de jubiladas tiene una mayor pensión de jubilación, puesto que han trabajado más, han tenido mayor salario que las generaciones anteriores (debido a su vez a que tienen un mayor nivel de educación) y un mayor número de estas nuevas pensiones alcanzan el nivel máximo, por lo que es de esperar que ello haga disminuir el número de nuevas pensiones de viudedad», concluye el informe de Fedea.
Carmen Gómez: «Cuando falleció mi marido se me partió la vida en todos los sentidos»
Una experiencia difícil tuvo también que superar Carmen Gómez, que lleva ya veintidós años viuda y recuerda lo que supuso prescindir del salario de su marido y sustituirlo por la pensión de viudedad. «A mí se me partió la vida cuando falleció mi marido, en todos los sentidos, pero también en el económico», explica Carmen Gómez. No obstante, ahora reconoce que está conforme con lo que tiene y asume que los logros obtenidos han repercutido en una mejora de las pensiones.
Pilar Morán: «Enviudé con 23 años y cuando empecé a trabajar, me quitaron lo que quisieron»
La posibilidad de trabajar para las mujeres entonces era más difícil. Pilar Morán, en cambio, tuvo la suerte de encontrar una posición como limpiadora que la permitió abrirse camino tras quedarse viuda con tal solo 23 años, embarazada y con un hijo de veinte meses. «Cuando llegué a Palencia se me abrieron las puertas», explica. No obstante, reconoce que cuando comenzó a trabajar, la pensión de viudedad se vio muy reducida. «Me quitaron lo que quisieron, y cuando me han jubilado, tampoco lo he recuperado», señala.
Pilar Torres: Lo lógico es pedir una subida, pero solo pido que no nos quiten lo que tenemos»
La situación económica por la que atraviesa el país hace a muchas mujeres viudas agradecidas con lo que tienen, como es el caso de Pilar Torres, de 84 años, miembro de la Asociación de Viudas de Palencia, consultada para este reportaje, que ya no ve lógico pedir un aumento, sino que «lo único que se me ocurre pedir es que lo que tenemos no nos lo quiten». La palentina solo cobra la pensión de viudedad, ya que no entró en el mercado laboral porque decidió trabajar en casa y hacerse cargo de sus padres.
María Asunción Alonso: «Tuve que hacer malabares, menos mal que hay gente buena que ayuda»
Hoy, echando la vista atrás, las viudas consciente de todo lo que se ha conseguido. Hace 60 años, cuando se creó este tipo de pensión, la mujer apenas tenía presencia en el mercado laboral por lo que se instaló como una herramienta para evitar la pobreza para este colectivo. «Cuando murió mi marido tenía que hacer malabares con la pensión, porque en ese momento te daba para comer y poco más, menos mal que hay gente buena que te ayuda», explica María Asunción Alonso, que enviudó a los 54 años con dos hijos que sacar adelante.
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