Cómo evitar el próximo apagón
«El Gobierno ha aprobado más medidas que no han trascendido a la opinión pública probablemente debido a su carácter especializado, como cuestiones relacionadas con la supervisión y regulación de la tensión que tanto osciló el día del apagón»
Sergio Saludes Rodil. Director del Área de Smart Grids Centro Tecnológico CARTIF
Domingo, 24 de agosto 2025, 09:19
Ya han pasado varios meses desde que se produjo el apagón del 28 de abril y siguen sin conocerse sus causas. La investigación que está ... llevando a cabo ENTSO-E (Siglas en inglés de la Red Europea de Operadores de Sistemas de Trasmisión de Electricidad) no ha llegado aún a ninguna conclusión sobre qué lo originó, aunque sí afirma que antes del apagón en el sistema eléctrico peninsular se registraron oscilaciones de tensión que no se estaban produciendo en el resto de Europa.
Se habló mucho, en los primeros momentos, de que la gran proporción de generación renovable que había en el mix en esos momentos reducía la inercia del sistema y, por lo tanto, su robustez ante fenómenos como el documentado por ENTSO-E.
Esta hipótesis no es descabellada, pues está bien estudiada la relación inversa que existe entre el peso de la generación renovable y la inercia del sistema; y también es conocida la importancia de la inercia para su estabilidad. De cualquier modo, el origen de las oscilaciones de tensión sigue siendo desconocido y será necesario esperar a las conclusiones del informe de ENTSO-E, cuya función principal es garantizar la seguridad y eficiencia del sistema eléctrico europeo.
Una preocupación de muchos es que se produzca otro apagón, dada la penetración de las renovables. Lo cierto es que se están aplicando medidas para evitarlo desde el primer día, en concreto a través de las restricciones técnicas. Gracias a este mecanismo, Red Eléctrica de España (REE) puede reemplazar la generación renovable negociada en el mercado diario por tecnologías síncronas allí donde pudiera haber problemas de seguridad en el suministro. Estas tecnologías son la hidráulica, la nuclear y los ciclos combinados y aportan la firmeza necesaria para evitar los problemas que una excesiva proporción de renovables pudiera ocasionar.
La generación síncrona que se usa cuando actúan las restricciones técnicas lo hace a través de los mercados de ajuste, que resultan más caros que el mercado diario, que es donde se negocia la mayoría de la electricidad que consumimos. Y esto está llegando a las facturas de los consumidores, incluidos los domésticos. El coste de estos servicios pasó de los18,4 €/MWh de abril a los 26,2 €/MWh de mayo.
Pero quizá la medida de la que más se ha hablado es el Real Decreto Ley 7/2025, al que se calificó como antiapagones y que fue rechazado por el Congreso. Este Real Decreto iba más allá del apagón e introducía cambios necesarios para facilitar la transición hacia un sistema eléctrico fuertemente renovable. No podemos perder de vista que, para bien o para mal, este es el objetivo asumido por los países de la Unión Europea.
Ahora bien, un sistema eléctrico con una alta penetración de energía renovable no se gestiona igual que uno basado en generadores que pueden adaptarse a la demanda de electricidad de manera automática. Por eso se contemplaba en él la gestión de la flexibilidad de la demanda, gracias a la cual los consumidores pueden modular su consumo en función de la generación disponible, siempre de manera voluntaria y a cambio de una compensación.
Esto funciona ya en varios países europeos para pequeños consumidores, pero en España solo los grandes consumidores pueden sacar partido de la flexibilidad de su demanda a través de mecanismos como el servicio de respuesta activa de la demanda. Se hablaba también en el Real Decreto del agregador independiente, que sería el agente de mercado que facilitaría a los pequeños y medianos consumidores obtener beneficios de su flexibilidad.
Otra serie de medidas importantes contempladas en el fallido Real Decreto tenían que ver con el almacenamiento en baterías y estaban relacionadas con la declaración de utilidad pública de los proyectos de almacenamiento, la tramitación ambiental, la reducción de los plazos de autorización y los permisos de acceso a la red. Y estas medidas son importantes porque se considera que el almacenamiento de energía, principalmente en baterías, afectará a la rentabilidad de los parques fotovoltaicos y aumentará el origen renovable de la energía consumida. Algunos también esperan que sirva para reducir el precio de la electricidad, pues sería posible consumir electricidad fotovoltaica durante el atardecer y la noche. Se teme que el fracaso del Real Decreto frustre proyectos de almacenamiento en baterías.
Como alternativa a este Real Decreto, el Gobierno está preparando otro para aprobar medidas urgentes. Es una versión descafeinada del decreto original, pero contempla medidas relacionadas con el control de tensión que son importantes para la seguridad del sistema y también recoge algunas medidas para favorecer el almacenamiento en baterías.
Dejando de lado el Real Decreto y sus derivadas, el Gobierno ha aprobado más medidas que no han trascendido a la opinión pública probablemente debido a su carácter especializado, como cuestiones relacionadas con la supervisión y regulación de la tensión que tanto osciló el día del apagón. Quizá una de las más llamativas sea que, por primera vez, se van a instalar en la Península Ibérica unas máquinas llamadas compensadores síncronos. Serán ocho y se colocarán en las zonas más problemáticas para reforzar otros mecanismos ya existentes.
Estas máquinas son grandes motores eléctricos que giran sin impulsar nada, pero que aportan inercia y ayudan al control de la tensión. Y como en algunos países convierten los grandes generadores de centrales en desuso en compensadores síncronos, uno no puede dejar de preguntarse si no podría haber habido algún uso para aquellas centrales térmicas que se hicieron volar por los aires hace unos años.
En cualquier caso, aunque no se conocen las causas del apagón, parece que se están tomando medidas como si se conocieran. Las baterías y los sistemas electrónicos que permiten a éstas generar inercia sintética también podrán en un futuro ayudar a robustecer un sistema eléctrico con generación solo renovable. Algunos creen que así se conseguirá tener la electricidad más barata de Europa. Esperemos que no se equivoquen.
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