Política de función, política defunción y política ficción
LA ESPITA ·
El resultado electoral del próximo 10 de noviembre y el reequilibrio de fuerzas que establezcan las urnas de las generales va a marcar cada día de los tres años y medio que tiene por delante la legislatura de Castilla y LeónLa actualidad cabalga al galope a lomos de un caballo desbocado. Sorprende, positivamente, claro, cómo la sociedad española es capaz de digerir imágenes tan incendiarias ... como las de los disturbios de Barcelona mientras escucha las indecencias que vomita en sus intervenciones el presidente catalán Joaquim Torra, o que desde la Junta de Castilla yLeón se planee un incomprensible ensañamiento contra los pocos habitantes que quedan en muchos pueblos a costa de quitarles asistencia médica (basta repasar lo que trascendió hace unas semanas de la Consejería de Sanidad, que ¿dirige? Verónica Casado para quitar médicos en el medio rural, o cualquier otro servicio («Dar servicios a municipios de 30, de 8 o de 50 habitantes no parece muy razonable», el vicepresidente Francisco Igea 'dixit').
Si atendemos a los cien días largos que tiene ya el Gobierno de coalición PP-Ciudadanos, que preside Alfonso Fernández Mañueco, se advierten tres estadios o fases, dos de constatable existencia y una tercera que empieza a ser deslizada sibilinamente por algunos populares, que no han digerido los triunfos internos de Mañueco y Pablo Casado, y otros que desde el partido de Albert Rivera no han encontrado acomodo en los suculentos sueldos que se han repartido en Castilla y León.
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De función
En un estado de ánimo propio de las fiestas (funciones) de los pueblos de estas tierras nuestras, esos algunos de los cuales quiere cerrar Ciudadanos, parece que sin importarle mucho el futuro de sus escasos habitantes, han estado en este partido desde que en abril pasasen de 1 a 8 diputados en Castilla y León y en mayo transformasen en 12 sus anteriores 5 procuradores de las Cortes. De función en función. Venga a sucumbir a los efluvios del poder. Hasta límites insospechados previamente en dirigentes de la trayectoria del hoy 'vice' de la Junta, que llegó a las elecciones con su imagen espectacularmente agrandada después de tumbar en la lona de las primarias del partido a la mismísima Silvia Clemente y los 'primos de zumosol' que acompañaron a esta, desde el propio Rivera, a José Manuel Villegas y Juan Carlos Girauta o, ya más en el terruño, Luis Fuentes. Los efluvios del poder son tan fuertes que sucumbieron los 'ciudadaneros' a ellos en cuanto pisaron despachos oficiales, y tan intensos que el hoy segunda autoridad autonómica provocó que Castilla y León asistiera atónita al anuncio del uso del pisito que las Cortes tienen habilitado para su presidente y que trascendiera que entre las primeras decisiones resaltase el encargo de un cabecero, un somier de láminas y un colchón para el pisito, petición después anulada. Los efluvios del poder causan patinazos de aúpa.
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Política defunción
Como muy bien recuerda el filósofo Josep Ramoneda, «la democracia está profundamente amenazada por la defunción de su alma, la política» y como «el miedo es siempre una ayuda para el gobernante», los 'ciudadaneros', especialmente los igenianos, nada más tocar poder y entrar en los despachos de las Cortes y de la Junta de Castilla yLeón empezaron a lanzar proclamas sobre aspectos y realidades intocables para cualquier habitante de una comunidad que tiene escasos dos millones y medio de personas muy desigualmente repartidos en seis mil núcleos de población. A los ya recordados deseos de cerrar pueblos se unieron patinazos (los efluvios del poder hacen tambalear al más fornido) como el de ocultar contrataciones a dedo que han disparado el número de asesores. Como se incrementó, con el peregrino argumento de que «como en el Gobierno regional hay dos partidos...», la cifra de altos cargos que pagan los contribuyentes. Con tanto efluvio del poder, se olvidaron de que cuando la política muere, los votos salen por la ventana y ahí están las encuestas, que anticipan que Ciudadanos está de capa caída y puede protagonizar (hay que esperar el escrutinio la noche del 10 de noviembre) una bajada considerable.
La defunción de la política puede ser por acción, como en el caso de los 'ciudadaneros', o por omisión, como la que protagonizan los socialistas en Castilla yLeón, con un Luis Tudanca en dejación de funciones opositoras, para desesperación del regidor vallisoletano Óscar Puente, que encabeza una interminable relación de dirigentes y militantes socialistas de aquí y de Madrid atónitos por la pasividad tudanquista. Un Tudanca que de facto se ha convertido en el mejor apoyo externo que tienen la Junta, su presidente, Mañueco, y su partido, el PP, que ven cómo pueden subir en escaños. 12 tuvo el PSOE para el Congreso de los Diputados el 28 de abril pasado, 10 el PP y 8 Ciudadanos; tres más los socialistas respecto a 2016, ocho menos los populares y siete más los 'ciudadaneros'. Estas cifras hay anotarlas y llevarlas en el bolsillo hasta la noche del escrutinio de las próximas generales. Ojo a los cambios que registren: marcarán cada día de los tres años y medio que aún tiene por delante la legislatura autonómica.
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Política ficción
Cualquier modificación en la combinación 12-10-8 (escaños en el Congreso, respectivamente de PSOE, PP y Ciudadanos enCastilla yLeón el 28 de abril) dibujará un escenario de especulaciones sobre el futuro de muchos gobiernos locales, provinciales y el regional en los que Ciudadanos está. De hecho, han empezado las preguntas. Si Ciudadanos fuera esencial para un Gobierno central en caso de ganar el PSOE en noviembre, ¿qué pasaría con la coalición de Castilla y León? Seguro que se rompe, han empezado a predicar algunos de Pedro Sánchez. Pero olvidan dos cosas: que el Igea de la campaña de mayo no se parece al que ahora se sienta en el despacho principal del Ala Oeste del Colegio de la Asunción y que el presidente Mañueco no ha hecho su trayectoria vital para que se la estropeen quienes no saben respirar los efluvios del poder.
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