Miss Alice Gould, hispanista valiente en las crisis españolas
Ha sido calificada como valiente, tenaz, humilde, perseverante en el trabajo y luchadora. Por laicista, tolerante y feminista activa la rechazaron políticos e instituciones. Tuvo espíritu viajero, descubridor, creativo y ecológico
Visita esta pasarela Alice B. Gould (1868-1953), una mujer americana de vanguardia que sobrevivió el hostil marco cultural, patriarcal y bélico de fines ... del siglo XIX y primera mitad del XX en España. Fue inteligente y hábil para superar retos, investigó bien la colonización colombina como hispanista, fue mal vista por las dictaduras, colaboró como espía en su embajada americana, fue pionera feminista e innovó en apoyos sociales y educativos.
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Vivió la profunda crisis finisecular, dos guerras mundiales, dos dictaduras, una guerra civil y el veto del estudio y la enseñanza para la mujer. Pero su rompedora apertura cultural recuerda el ánimo de Las Sinsombrero de la generación del 27 en la edad de plata de la cultura española. Como ellas, acertó al superar el aislamiento franquista.
Cosmopolita de raíz americana, habitó Boston, Massachusetts, Minnesota, Argentina, Puerto Rico, Inglaterra y España. Su bisabuelo fue presidente de Harvard, su abuelo alcalde de Boston y senador, descendientes de presidentes americanos. Su padre estudió matemáticas y astronomía en Harvard y Alemania. La familia tuvo un hermano malformado y perdió dos hermanas ahogadas. Al ser hija de viudo, la internaron en Boston. Ni se casó ni tuvo hijos. Pero sus recursos le permitieron se libre y generosa.
Se educó en EEUU, Inglaterra y Argentina. En Córdoba aprendió historia y lengua española. Hizo estudios superiores en Harvard, Chicago, Columbia, Massachusetts, Cambridge y Madrid. Se licenció en matemáticas y física en el Bryn Mawr College, primer posgrado para mujeres, donde convivió con la Nobel Balch. Cursó matemáticas en Cambridge, con mujeres que asistían sin lograr título. Entró en la Sociedad de Instrucción Colegiada de la Mujer para mujeres sin acceso a Harvard. En Chicago comenzó la tesis doctoral en geometría con H.Moore, científico liberal que la inculcó la liberación femenina. Con 21 años fue de las primeras mujeres graduadas en matemáticas y física en Massachusetts. Pronto las enseñó en Northfield. Una mujer multidisciplinar, pasó de matemáticas a historia, de física a astronomía, del latín al inglés, español y alemán, de americanista a hispanista.
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Comenzó a estudiar la colonización colombina en Puerto Rico y desde 1911 saltó a los archivos españoles. Invernó en el de Indias de Sevilla y veraneó en el General de Simancas, visitó el de la Corona de Aragón en Barcelona y la Real Chancillería en Valladolid. Era amiga de España, pero no de Franco. No creyó en la hispanidad, denominó a la obra de Colón colonización y no descubrimiento. Echó una mirada laica a tres mitos nacionalcatólicos: Colón, Isabel la Católica y Teresa de Jesús. Biografió a los 84 viajeros que formaron la tripulación colombina, pero rompió sus mitos al encontrar entre ellos a judíos y conversos, ningún británico y sólo cuatro ilegales. Documentó el mayorazgo otorgado a Colón (1501) y lo creyó genovés.
Por sus lenguas y rebosante patriotismo americano fue espía al servicio de su embajada en las dos guerras mundiales. Apoyó a los militares estadounidenses con su experiencia científica, creó becas para soldados, enseñó navegación en Chicago y matemáticas en la Universidad de Columbia a oficiales de la marina. Desde España activó en 1917 mujeres trabajadoras para la guerra desde la embajada de EEUU. En 1918 promovió en Boston donar binoculares e instrumentos ópticos para la marina. Después de la guerra civil volvió a su espionaje en Castilla, mal visto por políticos al oponerse a la neutralidad y germanofilia franquista en la Segunda Guerra Mundial. También le criticaron la intromisión americana. El director de la Academia vio en ella un espíritu espía y olió un olfato detectivesco. Se incendió su despacho en el archivo simanquino y el dictador la conminó a salir de España.
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Su sensibilidad social fundó becas y creó escuelas. Curando su afección pulmonar en Puerto Rico, hizo en 1905 un fondo para maestros y mejoró la escuela de enfermería. En Simancas rescató una niña retenida por un ciego y creó una escuela preescolar mixta de párvulos pobres. Les enseñó a leer, escribir, amar la naturaleza y ver cine. Su maestra orientaba la higiene y educación de sus familias. Estuvo bajo la Junta de Ampliación de Estudios, pero en 1936 se cerró por ser escuela laica. El Norte de Castilla se hizo eco en 1986 y 2025.
Aunque la criticaron algunos académicos, en 1942 fue miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia. Recibió la Orden de Isabel la Católica en 1952 y, como científica, la Cruz de Alfonso X el Sabio. Se dio su nombre a una plaza en Simancas y se clavó una placa conmemorativa en el arco del archivo simanquino donde falleció. Los archiveros de Indias y Simancas la consideraron decana investigadora. Fue enterrada con honores en el Cementerio de ingleses de Madrid. En 1991 la Asociación Cultural de mujeres de Simancas tomó su nombre.
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Ha sido calificada como valiente, tenaz, humilde, perseverante en el trabajo y luchadora. Por laicista, tolerante y feminista activa la rechazaron políticos e instituciones. Tuvo espíritu viajero, descubridor, creativo y ecológico. Mostró fino sentido del humor, ironía, y fue siempre afable. Tenía más principios que apetencias personales. Ha sido una mujer muy querida en archivos, pueblos y ciudades, en particular en Simancas.
Supo aprender de la historia capacidad para superar las crisis españolas que vivió. Las guerras le enseñaron paz, el patriarcado la exigió feminismo, las dictaduras la hicieron valiente, la necesidad social la hizo generosa e investigó la colonización de Colón con respeto y profundidad.
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