Matices de la normalización
«En la nueva normalidad, se tendrá en cuenta que las sentencias del Tribunal Supremo sentarán jurisprudencia que, en ocasiones, el resto de la judicatura ignorará ó despreciará»
Con la normalización en nuestra nación no convendría olvidar que el relato de los políticos es el discurso de lo irreal, hasta el fanatismo del ... artificio. La sociedad vive, la política muere. El sentido de la Historia lo establece el don de la oportunidad, pero a veces el azar es determinista.
En la nueva normalidad, se tendrá en cuenta que las sentencias del Tribunal Supremo sentarán jurisprudencia que, en ocasiones, el resto de la judicatura ignorará ó despreciará. El ordenamiento jurídico es ya mancillado en nuestro país. El cumplimiento de las leyes justifica el Estado de derecho, no se trata de legislar sin más sino con justicia que se materialice.
En la nueva normalización, somos vigilados por el imperio del poder democrático, la libertad vigilada es el nuevo rostro de la civilización que instaura una sociedad deshumanizada, de la que está obligada a responsabilizarse.
Lo que a diario vemos es que los partidos políticos sobreviven en la necesidad, de la corrupción propia del poder para desembocan en el desenlace de la traición.
En la normalidad que hoy aventuramos, el asilo político ha de ser humano, o no servirá para nada útil. Solo los derechos humanos serán la verdadera política benefactora del bien común.
En la nueva civilización del trabajo los robots sustituirán al humano en el trabajo mecánico y creativo, pero nadie garantiza el progreso económico que podría limitar el capital y condenar a nuestro mundo al fracaso global.
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