Manipulados
«Damos por descontado que la sociedad neoliberal está dirigida por la economía y que la economía está conducida por los fondos que, a su vez, disponen de una guerrilla especial que conocemos como fondos buitre»
Es una constante histórica quejarse de ser manejados y convertidos en instrumentos de fuerzas exteriores. Llevado a su extremo, hay un delirio que recibe su ... nombre de estos procesos, el 'delirio de influencia', cuando ya los temidos manejos se elevan a sospechas irreales y a persecuciones sin fundamento.
Una de las consecuencias de la desconfianza colectiva es dividir la sociedad en dos frentes bélicos, en dos bloques que, bajo la lógica del maniqueísmo, sólo distinguen entre buenos y malos, amigos y enemigos, gentes que merecen vivir y gentes candidatas al sacrificio. Todo ello sin grises, medias tintas ni estados intermedios. Pero también podemos pensar que estos hechos caminan al revés, en dirección contraria, y ascienden desde las luchas dicotómicas particulares al estado general de desconfianza y recelo. Así, dada la polarización social, las descalificaciones e insultos que dominan la escena política y el clima de guerra que se instaura incluso en el interior de las familias, cabe deducir que estamos poseídos por fuerzas desconocidas y dirigidos bajo influencias drásticas. Al fin y al cabo, basta que bajo el techo familiar convivan el fachilla y el podemita, el cosmopolita con el independista, para que el cisma esté asegurado y el silencio y las miradas torvas sustituyan a las risas necesarias para conciliar opiniones contrarias.
Los hechos se complican en la actualidad, cuando las fuerzas que nos influyen son más oscuras que en el pasado. Antes las identificábamos bajo las figuras reconocibles del dictador, del gobierno, de la iglesia, de los padres o del profesorado. Ahora, en cambio, no reconocemos a las personas influyentes e incluso, para enmascararlas mejor y contar con algún rostro distinguible, construimos una barrera artificial de personajes pintureros que llamamos 'influencers'. Damos por descontado que la sociedad neoliberal está dirigida por la economía y que la economía, por su parte, esta conducida por los fondos que, a su vez ,disponen de una guerrilla especial que conocemos como fondos buitre. Sin embargo, no hay modo de poner cara a esos carroñeros que compran, venden, arruinan y someten. No hay ninguna figura de ellos, ni rito que los reúna, ni fiesta que nos junte en su entorno. Son poderes sin personalidad ni fisonomía de los que somos simples títeres.
Más tenebrosas aún, por si fuera poco, resultan otras fuerzas meramente aritméticas. El 'algoritmo' está llamado a ser el caballo de batalla de la libertad y la manipulación humana. Con el algoritmo y el big data los mercados conocen nuestros deseos antes que nosotros mismos, y anticipan nuestros gustos con acierto milimétrico. Cómo no sentirse manipulados, entonces, cuando a ojos del nuevo cálculo todo cuanto me suceda tendrá el aire de un acontecimiento predeterminado. Ya no sabré –ya no lo sé– si mis deseos son míos o de quien dirige los destinos desde una nube de datos.
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