La pasión de Ángel María: fe, arte y letras de su Semana Santa
Hermano de la Cofradía de las Siete Palabras desde la niñez, especialmente devoto del Santísimo Cristo de las Mercedes, glosó y pregonó las excelencias de los días santos vallisoletanos y de cinco siglos de cofradías y procesiones
La Semana Santa de Valladolid fue para Ángel María de Pablos Aguado fe, devoción y admiración. Rezó, vivió y disfrutó de la pasión vallisoletana ... prácticamente desde la cuna, desde uno de los balcones del Atrio de Santiago donde vivía. Y desde casi tocar el madero con la mano a ser uno de los participantes más activos en esta tradición: desde las filas infantiles de la Cofradía de las Siete Palabras con 12 años hasta pregonar las excelencias espirituales, artísticas y patrimoniales en su pregón de 2018. Una tradición vivida desde su casa y transmitida por su condición periodística e incluso vociferada con sus llamadas a vivir Valladolid, a sentir la Semana Santa y a orar por la muerte de Cristo en la Cruz con el soneto del Pregón de las Siete Palabras que despertó a naturales y forasteros aquellas mañanas de Viernes Santo de los años 1984 y 2014. Un devoto procesional de muchas horas de calle, también cuando en la infancia hacía noche en la mismísima calle de Santiago para guardar las sillas y el sitio para contemplar la Procesión General de la Pasión de Viernes Santo.
«Pura maravilla de arte» es el adagio de la semana más procesional, cofrade y espiritual de la capital vallisoletana desde hace más de cinco siglos con el que describió su padre, Ángel María de Pablos Chapado, esta celebración pasional, en su pregón de 1951. Es una exteriorización de la palabra sentida que hizo suya el propio Ángel María de Pablos Aguado e incluso la propia ciudad de Valladolid convirtiendo el primer verso de un romance en su máxima llegada la primera luna de la primavera. Y así se ha acuñado en publicaciones y folletos turísticos que llevan el arte literario del padre e hijo poetas al mundo con la proyección turística internacional de Valladolid y de su Semana Santa.
La casa familiar de Ángel María era un revuelo de cofrades y cofradías desde el primer viernes de marzo con la celebración del besapié a Nuestro Padre Jesús Nazareno porque sus padres pertenecieron a esta histórica penitencial pero él siempre estuvo cautivado por el Santísimo Cristo de las Mercedes, que le llamó al corazón, como él mismo reconocía, haciéndose por esta razón hermano de la Cofradía de las Siete Palabras.
Era tan vallisoletano que durante el transcurso de una de las etapas de la Vuelta a Ciclista España en la década de los 80, en tierras andaluzas, coincidió su desarrollo en Viernes Santo y Ángel María pidió a la dirección de Televisión Española que ése día tenía que desplazarse a Valladolid a desfilar con su cofradía y postrarse ante su paso de En tus manos encomiendo mi espíritu, el emblemático conjunto escultórico de las tres cruces de la capital presidido por el Cristo de las Mercedes de Pompeyo Leoni: «Para mí el Cristo de las Mercedes es una maravilla. Quizás Pompeyo Leoni lo que diseñó -primeros del siglo XVI- fue un atleta porque Cristo, después de sufrir, no debía tener los músculos tan tensos como lo hizo el escultor, pero la imagen es extraordinaria». Y el cofrade ese año tampoco faltó a su santa cita y estuvo el Viernes de la Cruz en Valladolid.
Y en su curriculum semanasantero se multiplican los pregones, glosas y premios culminando con el Pregón de la Semana Santa de Valladolid en 2018 donde defendió el silencio y la devoción vallisoletana frente al fundamentalismo, como explicó entonces en varias entrevistas. Todos sus escritos y conversaciones, públicas o privadas, eran puro sentimiento: desde el Ofrecimiento de los Dolores de la ciudad de Valladolid en 1992 y 2007; la glosa del cartel en 2000; el Pregón de Valladolid Cofrade en 2008; el himno del Santísimo Cristo de la Luz o el premio Lázaro Gumiel a la Iniciativa Cofrade en 2009. También fue pregonero de la Semana Santa de Medina de Rioseco en 2004. Pero su devoción más íntima fue cuando por su vinculación familiar le nombraron pregonero de la Cofradía de Jesús Nazareno en 2006 o le invitaron a hacer lo propio en el Pregón de la Cofradía del Discípulo Amado, la heredera hermandad de los periodistas que él ayudó a recuperar en 2011. Su último acto público, el 1 de abril de 2023, cuando recitó a la Semana Santa de Valladolid desde el atril de la Iglesia de Santiago Apóstol, donde entremezcló el alma y la espiritualidad de su Cofradía con la de su Semana ahondando de esta manera en su Fe. En mayúsculas para él. También le honró ser cofrade de honor de las Siete Palabras, Jesús de Medinaceli o del Descendimiento.
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