La naturalidad del político es no aceptar su fracaso, ni valorar su éxito. El corazón del político es el nicho de su soledad. Cuando el ... político habla de política deja de hacerla. Cuando se habla de política se deteriora la política .Las palabras mienten, las promesas también, como las mentiras y las ausencias Nadie tiene toda la razón, pues todos la usan y al hacerlo la inventan. La mentira es definitivamente más operativa políticamente que la verdad, destruye la bondad de las personas y clausura mundos.
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Hacer política es defender a los desvalidos de la sociedad, y sobre todo es hacerlo por convicción, la necesidad de justicia y libertad es una razón irrefutable, sin olvidar que cualquier solución crea un nuevo problema.
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El dominio de los hechos no humaniza al humano, tan solo lo endiosa temporalmente. Tal vez sólo sabemos que nuestro mundo cambiará, como todos los que le precedieron, y olvidamos que la Humanidad es la cultura de la Vida, nunca la cultura de la Muerte. Una cultura sin valores es como una guerra sin contendientes y una civilización desnortada. Las relaciones entre las naciones son irresolubles; la acción no permite la sencillez, la paz no será duradera, la guerra siempre vuelve pues nunca se va. Parece como si la Humanidad hubiera dejado de aspirar a perdurar. Vivimos en un mundo donde matar o dejar morir carece de la menor importancia, incluso para la Justicia.
Las puertas de la percepción de la paz siguen sin abrirse.
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