La locura de los molinos

Ellos consideran que el referido proyecto es de interés público, municipal y social, pues traerá diferentes beneficios a los habitantes del municipio y comarca, 'sicut dixit'. Es otra de las grandes mentiras, infamias y aberraciones que nos están vendiendo, motivado en que, dadas las características del aprovechamiento pretendido, la inclusión de las parcelas es prioritaria por razones, no otras que pasar el purísimo rodillo y mantener el engaño al que ya nos tienen bien acostumbrados, pero nada de razones técnicas, todo se debe a oscuros y espúreos intereses mercantilistas. El paisaje natural se destroza.

Nos quieren callados y olvidados.

Y es ahí, donde debemos tener un punto de inflexión: o abogamos por un paisaje limpio, por la tan traída y llevada biosfera, o invadimos nuestros terrenos a favor de unas energías renovables, con las que sí estamos muchos de acuerdo, pero con un mínimo de sentido común y de sensibilidad paisajística; no las que quieren imponer, una vez más, este tipo de empresas que solo ven la pasta, muchísima pasta sospechosa, y el resto de razones obvias se las trae al fresco.

En el municipio de Muelas del Pan tenemos actualmente seis proyectos relacionados con energía renovable. En Cerezal de Aliste 142.830 módulos fotovoltaicos, que ocuparán 102 hectáreas de superficie expropiándose 18 fincas, este proyecto se encuentra a dos kilómetros de una zona de protección de aves. En otro de los pueblos de este municipio nos encontramos con la enorme cantidad de 243.900 módulos ocupando 187 hectáreas, esto para que ustedes vean es tres veces más que el núcleo urbano de Muelas del Pan, afectando a zonas igualmente protegidas y catalogadas por peligro de extinción de aves y otras especies protegidas por Medio Ambiente.

Además de otro regalito envenenado, un medallón solar con 77.760 módulos fotovoltaicos que ocupará otras tantas hectáreas y llevarán asociadas varios tramos de líneas de alta tensión y dos subestaciones, bautizadas bajo el topónimo de Ricobayo 1 y Ricobayo 2. Desde luego muy despiertos y originales han sido en inventar nombres. Así con todo.

Pues miren ustedes, queridos lectores, en ambos casos afectan directamente a los pueblos, puesto que los cables van a pasar rozando las casas y queriendo, estos avispados, colocarnos una subestación a 450 metros del casco urbano del pueblo. A mayores de un mega proyecto eólico (aquí todo es gigante e hiperbólico) para instalar en el pueblo de Cerezal de Aliste, donde se encuentra uno de los más hermosos y considerados bosques de alcornoques de la Península Ibérica, bien cerca quieren levantar seis aerogeneradores con una altura nada despreciable de 190 metros. Unos excelentes gigantes, que se verán desde Salamanca y no se lo pierdan estarán colocaditos a 795 metros y a 835 metros respectivamente del casco urbano de Cerezal. Los otros tres aerogeneradores, molinos de la locura, afectan directamente a zonas de protección de aves y de interés comunitario. Y ojo, esta instalación necesita dos subestaciones eléctricas más y aproximadamente unos 20 kilómetros de líneas de alta tensión.

Ustedes podrán valorar si esto es defender un paisaje verde y natural, donde nidifican las aves y crecen los árboles y corren los regatos. Primero se les llena la boca a algunos políticos y empresarios con el espacio de la biosfera y luego quieren apalear la paz rural de las gentes de estos pueblos, Cerezal de Aliste, Ricobayo de Alba, Villaflor y de Muelas del Pan.

Para muestra un botón, juzguen ustedes mismos, queridos lectores, si nuestro admirado Don Quijote levantara la cabeza, ¿a quién pincharía con su lanza?