Carles pide, Puente obedece
El exalcalde de Valladolid ya es ministro. Del Ministerio que en todo gobierno es la sonrisa del régimen, pero también da disgustos. Los verá en el Presupuesto de 2024
Óscar Puente ya es ministro. Y no cualquier ministro: la sonrisa del régimen, que es lo que es el que se encarga de trenes, aeropuertos, ... carreteras, autovías... La sonrisa del régimen sanchista, en lenguaje de la derecha. La sonrisa del régimen sanchista, en lenguaje de la legión de enemigos de Puente (que llenarían el Estadio José Zorrilla). La sonrisa del régimen sanchista, en lenguaje puentista. Porque para el flamante ministro, llegar a esta alta distinción del Estado es un 'Por que yo lo valgo'. Vamos, que a Pedro Sánchez no le ha quedado más remedio que rendirse a Óscar Puente y hacerle ministro de la cartera más agradable presupuestariamente hablando. Aunque, también, cartera que tiene un lado oscuro, negro zahíno: si nieva y se bloquean las carreteras, culpa del ministro; si los trenes no entran por los túneles (que es por lo que el PSC ha perdido una ministra), culpa del ministro; que se cae una catenaria y se bloquean las vías, culpa del ministro; que si hace un viento que pa' qué y no aterizan los aviones, vaya ministro...
Puente ya es ministro y en el mismo paquete de nombramientos ha ido su segunda, Ana Redondo. De los dos, quien más fácil lo tiene es ella: le ha dejado el listón tan en el subsuelo su antecesora en Igualdad, Irene Montero, que aunque no hiciera nada, lo haría mejor. No así de puertas adentro del partido ya que el sector antiRedondo dice que la estancia de esta en el Ministerio, que durará lo que quiera el prófugo de Waterloo, Puigdemont, que dure el Gobierno es para rodarla como candidata a la Junta de Castilla y León contra Alfonso Fernández Mañueco una vez que Luis Tudanca, secretario regional que no líder, ha quedado laminado con estos nombramientos ministeriales. Él, y su guardia pretoriana –la zamorana Ana Sánchez, la vallisoletana Patricia Gomez Urbán, la leonesa Nuria Rubio y la salmantina Rosa Rubio aún se pellizcan para saber si están despiertas cuando ven a Ana Redondo con cartera ministerial.
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Pero volviendo a la operación a la Junta, ¿alguien se imagina a un candidato vallisoletano o vallisoletana a la Junta por el PSOE? Tanto en este como en el PP presentar un cartel vallisoletano es reabrir heridas internas que solo conducen a la derrota segura. Basta ver la reacción que ha habido en León, donde el alcalde, Jose Antonio Diez, le ha pasado al cobro a Puente algunas no tan antiguas querellas personales. Y UPL, que sostiene al PSOE en el Ayuntamiento y en la Diputación de León, dejó claro por la que es una de las tres mentes más lúcidas y lucidas de las Cortes, Luis Mariano Santos, que lo de Puente muestra que el PSOE de León (¡toma viajecito, Alfonso Cendón, secretario socialista leonés!, por mucho que se apresurase a reunirse con el nuevo ministro) tiene escaso poder en Madrid (sic). La otra teoría sobre Redondo, la de que pudiera ser el recambio de Puente como candidata a la Alcaldía cobraría más opciones, pese a lo lejísimos que está el horizonte electoral municipal, siempre y cuando no deje la vida interna del partido al albur de su agenda ministerial.
Ese es uno de los vértigos que las cabezas más frías del PSOE vallisoletano han empezando a sentir al comprobar que Sánchez ha hecho ministros al secretario provincial y a la secretaria local del partido. Claro que en la provincia hacerlo peor de lo que lo hicieron Puente y su ignoto número dos, Francisco Ferreira, en mayo es casi imposible.
Puente no va a tener muchos días para disfrutar del oropel ministerial (cochazo oficial, gabinete y escolta incluidas). ¿Con qué cara va a presentarse por Valladolid cuando selle el multimillonario traspaso de trenes a Cataluña?, por poner el ejemplo más inmediato. Le convendría pasar de Rioseco, donde frecuentó en su día el famoso merendero –del siglo XVII, pero merendero– del empresario que le marca la estrategia al PP provincial, y llegar a Matallana de Valmadrigal para ver lo cutres que están las infraestructuras viarias que dependen del Gobierno de la nación y, así, comprender que no solo ha de gobernar para Cataluña. Y más le vale no bajar la guardia y cuidar el que muchos consideran que es su Talón de Aquiles, el whatsapp. Aseguran que son bastantes los que conservan incendiarios mensajes remitidos por el ahora ministro en sus tiempos municipales a políticos, periodistas y empresarios... Como aquellos que le mandó al secretario regional de UGT, FaustinoTemprano, cuando este sindicato decidió integrarse en la Mesa de Soterramiento que organizaron PP y Vox en la capital del Pisuerga. No, ahí no está su talón de Aquiles. A fin de cuentas, cuando Sánchez le hizo en 2017 portavoz federal del PSOE borró 50.000 tuits y no pasó nada.
El auténtico Talón de Aquiles de Puente es el mismo que el de Sánchez y se llama Puigdemont. Los Presupuestos del Estado de 2024 lo certificarán.Carles pide, Puente obedece.
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