Está feísimo hablar de uno mismo cuando alguien importante se muere. Ahí voy. Frente a los momentos de inadvertida felicidad de los que escribió Francesco ... Piccolo, están los momentos de muy clara infelicidad. Menores, pero no menos dolorosos. La infelicidad que sufrimos los aficionados del Real Murcia a finales de septiembre de 1983 cuando Andoni Goicoetxea nos dejó sin Maradona en La Condomina.
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El 2 de octubre de 1983, el Real Murcia recibía al FC Barcelona. Y nosotros esperábamos recibir a Maradona. Como Pepe Isbert y Manolo Morán a los americanos del Plan Marshall. No tuvimos que vestirnos de corto, nos quedamos con las ganas una semana antes.
El partido quedó en empate a cero. Eran los tiempos de Guina, Figueroa o Moyano. Tiempos del Murcia en Primera División. Hoy no me da ninguna pena la muerte de Diego Maradona. Como ha dicho Susana Giménez, «hizo todo lo posible para morirse». Sí me la dio no verlo ese domingo en La Condomina.
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