Impotencia y desahogo
La aventura humana ·
Los representantes públicos no quieren afrontar el problema porque, de verdad, la previsión para nutrir la maquinaria y garantizar el cobro de la pensión precisan de juegos malabaresMientras nuestros políticos juegan a los médicos (por aquello a lo que han llamado 'cordón sanitario'), los pilares capitales sobre los que se sustenta el ... Estado del bienestar se tambalean. Quienes viven de la política pugnan con fiereza por los sillones, a pesar de que han aparcado reformas esenciales. Por poner un ejemplo, citemos el capítulo del futuro (y presente) del sistema de pensiones. Este diario publicó el pasado miércoles unos números tan demoledores que hasta quien carezca de alma quedaría conmocionado. La conclusión del informe viene a decir que las pensiones están garantizadas mientras el Tesoro continúe prestando dinero a la Seguridad Social, cuyo agujero ronda ya los cincuenta mil millones de euros. Si lo analizamos a día de hoy, son cuatro perras, pero lo verdaderamente trágico radica en que los préstamos van a continuar 'sine die'. Es decir, que el agujero actual parecerá un potosí, porque la bola de nieve del endeudamiento no hará otra cosa que crecer de un modo devastador. En lo que se refiere al Fondo de Reserva (la conocida como 'hucha' de las pensiones), está quedándose sin activos a pasos agigantados.
La reforma del sistema de pensiones lleva año y medio empantanada en el Parlamento por falta de consenso. Los representantes públicos no quieren afrontar el problema porque, de verdad, la previsión para nutrir la maquinaria y garantizar el cobro de la pensión precisan de juegos malabares. De hecho, la actual ministra del ramo, Magdalena Valerio, parece haber perdido el sentido. Asegura que en España el gasto en esta materia no es excesivo (¡cuál es el concepto de 'excesivo' que entiende esta mujer!). A renglón seguido, declaró con resignación que no queda otra que seguir tirando de préstamos.
Y usted, amigo lector, se preguntará de dónde sale tanto dinero para sufragar tanto préstamo. Bien: actualmente, cada español debe más de mil euros en este terreno. ¿Que quién va a pagar en el presente/futuro? Las generaciones venideras. Por eso no extraña a nadie que la abstención en las próximas elecciones se prevea salvaje. Por hartazgo.
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