Los medios informativos se ocupan ampliamente de las excavaciones que tienen lugar en la calle Constitución, donde algunos huesos encontrados pueden pertenecer al irlandés Hugh ... O'Donnell, conocido en su país como el Rey Rojo, que murió en Valladolid a principios del siglo XVII. Los trabajos arqueológicos han despertado tanta expectación en Irlanda que su embajadora en España visitó los hallazgos, algo que antes ya habían hecho tanto el alcalde como los responsables de Patrimonio de la Junta y decenas de curiosos que llevan semanas asomando la gaita por los agujeros de la valla protectora.
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Lo que seguramente no habrá visto ninguno de ellos es un mendigo que, afectado por las obras, ha tenido que cambiarse de acera porque la de enfrente está intransitable. Es un tipo de edad indefinida al que conozco de otras esquinas, que pide limosna sentado en el suelo y sin abrir la boca, y al que ayudo mínimamente cada vez que paso por allí. Me conmueve su mirada como de perro apaleado, y me subleva imaginar el dinero que nos gastamos en desenterrar ilustres esqueletos y la falta de empatía con ese ciudadano todavía vivo que se conforma con unos pocos céntimos.
Por favor, cuando circulen por allí búsquenlo con la mirada, aunque solo sea para no atropellarlo mientras husmean sepulturas. Y si llevan algo suelto, suéltenlo del todo y escuchen el «muchas gracias» más triste que he oído en mi vida.
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