Emociones
Algo que decir ·
«El periodismo escrito necesita contar relatos que enganchen al lector con detalles que van más allá de la inmediatez de la noticia»Ahora que la información es tan inmediata que se hace vieja en minutos, creo que el periodismo escrito necesita contar relatos que enganchen al lector ... con detalles que van más allá de la inmediatez de la noticia. Pondré un ejemplo: si a las diez de la mañana se produce un suceso gordo, las imágenes y comentarios tardarán en llegar a las radios, a los digitales y a las redes lo que tarda en persignarse un cura loco. Así que la mejor manera de batallar contra la inmediatez es escarbar en las emociones personales de quienes lo han vivido, obviando en lo posible las llamadas «fuentes oficiales», más trilladas que el catecismo de Astete.
Cuando supe que el verano generará en Valladolid 20.000 empleos intuí que detrás de cada aspirante a cualquiera de ellos hay una historia, tal y como se aprecia en este reportaje. Las cifras importan, pero lo que interesa es qué sienten sus protagonistas, cuánto tiempo llevaban esperando esta oportunidad, cómo un empleo puede cambiarles la vida, y cosas así.
Un redactor jefe que tuve cuando empecé en este oficio decía que «el periodista es un notario de su tiempo».
Ahora que ya no me puede reñir, le diría que el plumilla jamás debería parecerse al fedatario, entre otras razones porque la información no puede ser una jerga notarial tan aburrida como la proyección, en versión original subtitulada, de casi todas las pelis de Ingmar Bergman. Por ejemplo: 'Gritos y susurros', un, dos, tres, responda otra vez…
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