Aislar más a Cuba
Cuba y Estados Unidos reviven una historia anclada en el tiempo, marcada por tensiones, acercamientos fugaces y retrocesos
Cuba y Estados Unidos reviven una historia anclada en el tiempo, marcada por tensiones, acercamientos fugaces y retrocesos. A pesar de los intentos de acercamiento, rige el embargo económico, impuesto en plena Guerra Fría tras la crisis de los misiles de 1962, e incluso tras el intento de deshielo de Barack Obama en 2014, tras su visita histórica a La Habana. El giro fue efímero. La administración Trump ha retomado la línea dura. Su política ha sido alentada por el actual secretario de Estado, Marco Rubio, nacido en Miami de padres cubanos que emigraron poco antes del triunfo de la revolución. Su percepción del régimen ha influido en la reactivación de estas restricciones.
Rubio ha impulsado medidas como la prohibición de viajes de estadounidenses a la isla y el endurecimiento de las transacciones comerciales, en un intento de asfixiar económicamente al baluarte caribeño. Este enfoque no solo afecta a la población local, sino también a empresas extranjeras que operan en el país, principalmente españolas. La estrategia busca aislar aún más al régimen, siguiendo el guion trazado por Trump durante su primer mandato. Así, entre gestos diplomáticos y medidas punitivas, la relación entre ambos países continúa atrapada entre la memoria y la incertidumbre.