La precariedad laboral, tan endémica como la falta de recursos económicos, y una burocracia paralizante lastran el desarrollo de la ciencia en España, sin que ... las atractivas promesas lanzadas en los últimos años por los sucesivos gobiernos se hayan plasmado en mejoras tangibles. La reforma legal aprobada este viernes por el Consejo de Ministros intenta combatir tales carencias al fijar como objetivo una inversión pública en innovación del 1,25% del PIB en 2030 –ahora equivale a un modesto 0,58%–, fomentar la estabilidad y rectificar la polémica norma que penaliza el regreso a España de investigadores formados en el exterior.
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La ineludible captación de talento, tanto para rejuvenecer las plantillas como para asumir proyectos más ambiciosos, y la retención del existente pasa por dignificar la ciencia. Es decir, por destinar a ella unos medios a la altura del carácter estratégico que tiene para el progreso del país. El proyecto que debatirá el Parlamento contiene esperanzadores avances en esa dirección, aunque su efectividad queda a expensas de la concreción del esfuerzo presupuestario previsto y de que el sector privado redoble también sus inversiones en este terreno.
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