Diez retablos

Hace algo más de una década el escritor leonés Julio Llamazares prendía la raíz del libro 'Las rosas de piedra'. Llamazares, cuya facilidad para fotografiar el entorno resulta extraordinaria, plasmaba en aquella obra un viaje en el tiempo, un viaje inmenso, descomunal, cargado de intrépidas situaciones y de descubrimientos fuera de lo ordinario.

Eran tan extenso el viaje y tan tremendo el recorrido que a todos les sorprendía, por su proximidad, que nadie lo hubiera hecho con anterioridad: Llamazares, 'simplemente', había decidido viajar a las catedrales.

Aquel viaje, con lápiz y papel, dejaba al descubierto unos maravillosos edificios que 'sorprendentemente' llevan ahí toda la vida esperando ser objeto de una mirada.

El libro fue todo un descubrimiento no solo por el contenido, formidable, sino por la enorme lección que se escondía en su interior: no es necesario caer en la locura, no es preciso idear un viaje de mil etapas, mil millas y a mil escenarios para redescubrir y redescubrirse.

El viaje de Julio Llamazares era una invitación en forma de libro a descubrir que para realizar el 'viaje del siglo' tan solo es necesario girar sobre uno mismo.

Regresó a mis pensamientos 'Las rosas de piedra' la pasada semana, cuando la Diputación de León tuvo una de esas ideas 'locamente atractivas': crear la 'Ruta de los retablos'.

Pero ¿Qué locura es esa? Pues algo tan loco como lo que su propio título escenifica: recorrer los retablos más impactantes de la provincia de León. Y esa es la idea, volver la mirada hacia aquello que cada día pasa por delante de nuestros ojos.

La ruta que ahora se pone en marcha recorrerá diez retablos del siglo XVI en otras tantas localidades: Celada de Cea, Cistierna, Gordaliza del Pino, Joara, Sahagún, Valdavida, Valdescapa de Cea, Vallecillo, Villaselán y Yugueros.

Y así se conseguirá que, de nuevo, retablos muertos en vida recuperen su protagonismo y sean puestos en valor. Y no solo eso, se ayudará a dinamizar las zonas rurales de León y se defenderá el valor histórico y turístico del patrimonio.

Los retablos escondidos en los templos de la provincia de León son una invitación a conocer una parte de nuestra parte, cuando no una parte de la historia escondida o pérdida en el tiempo. La iniciativa de la Diputación pretende cubrir esa parte del recuerdo perdido al mismo tiempo que se ensalza el valor artístico de piezas que siempre nos han saludado y a las que hemos preferido ignorar de una forma casi permanente.

La 'Ruta de los retablos del siglo XVI' es una adorable y loca idea que incide en aquella misma premisa puesta sobre la mesa por Julio Llamazares: para viajar tan lejos como jamás nos imaginamos a veces solo es necesario mirar aquello que está delante de nuestros propios ojos.

Si el viaje propuesto por Llamazares resultó todo un éxito de público y lectores no debería ser menos esta singular propuesta que ahora queda sobre la mesa. No es mala idea, para las semanas que se avecinan, recorrer León de punta a punta con el mismo interés de quien quiere descubrir once tesoros que siempre han estado al alcance de su mano.

Un libro y diez tesoros, once tesoros en realidad, son una buena razón para creer que este verano –pandemia al margen– puede ser increíble.