Definir la libertad

La libertad empieza con la independencia, pero la independencia no basta para alcanzar la libertad. Sin libertad, sin igualdad, ¿para qué sirve la fraternidad? El miedo es libertad encadenada, quien lo olvida queda a merced de sus enemigos. El humano es influenciable, y por tanto manipulable. Matar o secuestrar la libertad del individuo destruye la convivencia social y conduce a la tiranía, a la dictadura. Hemos aprendido que la mayoría no acepta a quien defiende la libertad personal y la justicia social, juntos en una misma comunión.

Sin libertad, ningún objetivo puede alcanzarse, ningún anhelo satisfacerse, aunque se gane cualquier disputa, aunque se esté en posesión de la verdad. Liberarse no solo es comprometerse, liberarse para comprometerse exige sacrificio, una voluntad prisionera de su compromiso en cierto modo liberador. La libertad debe ser real, pero también obedece a una sensación inasible y volátil que nunca se atrapa indefinidamente. No es verdad que cada uno pueda elegir la libertad sin esfuerzo, tal vez vivimos ya en un mundo que no puede, que no quiere ser libre, y no hay mayor libertad para el hombre de hoy que la prisión consentida.

Hemos intentado alcanzar la libertad y no hemos conseguido ninguna verdad, tampoco verdad y libertad eran importantes, nada realmente parece duradero y sustancial. Nada parece memorable, únicamente el olvido de todo.

Definir la libertad es un empeño imposible. La libertad no es un pájaro, no es una nube, no es una idea, no es el hombre, no es Dios. ¿Es posible definir la libertad?