Toros y política
Anda el planeta taurino en rebeldía por la decisión de abolir el Premio Nacional de Tauromaquia
En grado de tentativa quise titular este artículo, texto desmonterado por ser nuevo en esta plaza, 'Cuernos e ideología', pero creo que el exceso de ... concupiscencia y el software mental político (no es otra cosa eso que llaman ideología) podían ofrecer una imagen excesivamente frívola antes del romperse el paseíllo argumental.
Anda el planeta taurino, ese astro al que describió con acierto Cañabate, en rebeldía por la decisión del ministro Urtasun de abolir el Premio Nacional de Tauromaquia. Su cortada es «la tortura». Esperemos que el Ministerio de Sanidad no suprima las intervenciones quirúrgicas por el «derramamiento de sangre». Torturar, como ensañarse, requiere un elemento volitivo, consciente, de causar daño y de obtener algún tipo de satisfacción en el dolor causado. Y no es así. El dolor y la tortura no siempre van de la mano, del mismo modo que la libertad y la ideología zurda resultan altamente incompatibles, pese a la propaganda.
Urtasun es, hay que reconocérselo, fiel y coherente con su sistema cognitivo de ultra izquierda. Las estocadas a los derechos y las libertades no las supera ni aquel Mazzantini, diestro vasco, que, una vez retirado, llegó (degenerando…) a ser Gobernador Civil.
Resulta de interés acudir a los antecedentes de hecho más cercanos en la lidia entre poder político y tauromaquia. Así, no conviene olvidar que el subalterno Puente, de la cuadrilla de Pedro Sánchez, 'Puto Amo' en los carteles, ya clausuró en Valladolid, en 2015, los trofeos taurinos San Pedro Regalado, instituidos desde hace décadas en honor del patrón de la ciudad y los coletudos.
El gobierno municipal, en collera de izquierda (o lo que sea ahora el PSOE) y extrema izquierda, dio el golletazo a unos galardones que, claro, contravenían su deriva progre y sectaria. El primer síntoma del desprecio a la tauromaquia por el Ayuntamiento fue suprimir el riego del ruedo, entre el tercer y cuarto toro, con un camión municipal. Aquellos 'bigotes hidráulicos' que describiera el maestro Lera.
Tras Bolaños, un socialista taurino hasta las péndolas, Puente demostró dos cosas: la evolución de un partido hueco de valores democráticos, y su acomodamiento universal para lograr, y conservar, cargo y sueldo. Con Carnero, los trofeos han sido recuperados.
El peligro real para la democracia (y por tanto para el ejercicio libre de la tauromaquia) no estriba en si se suprimen premios o galardones. Sino en si se coloniza por el sanchismo y sus peones de confianza el poder judicial y los medios de comunicación. Una cuestión que hay que afrontar a portagayola.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión