Buzón
«El miedo, sobre todo el infundado, es plenamente efectivo cuando se siembra en mentes en proceso, siempre inacabado, de maduració»
Acabo de regresar de Quinta de Tierz. Un tiempo dedicado a apilar leña. No parece razonable que hasta el próximo otoño haya que volver a ... encender fuego, así que conviene ordenar los troncos. Por su grosor y largura. Un ejercicio que exige esa mínima concentración que nos aísla y distancia de las responsabilidades cotidianas. Una tarea sin más prescripción que la que marca la temperatura, y cuya jurisdicción abarca el territorio afecto a cada chimenea. Apilar leña tiene su arte, aunque no exige demasiada ciencia. Cortarla sí. Incluso ofrece una cultura que abarca más allá de lo que es el golpe seccionador, o la fricción de la cadena de la motosierra.
Hace unos años se publicó 'El libro de la madera', una obra, escrita por Lars Mytting, que se ofrece al lector como una especie de tratado de espiritualidad relativo al contacto, desde todas sus vertientes, y uso de la leña, bien por su capacidad calorífica, o por su necesidad para la gastronomía, a lo largo de la Historia. Un acercamiento cuasi religioso, motivo, explica, de meditación. Un estilo de vida, en definitiva. Yo no llego a tales profundidades, pero sí que disfruto, junto con la contemplación de los bóvidos en los cercados, del cambiante flujo flamígero de imágenes y sonidos crepitantes. Un tiempo que hoy queda precintado hasta el próximo octubre.
El regreso a la ciudad impone sus ritos, con sus estaciones de tráfico, esa iconografía de pasos de cebra y semáforos, vía crucis penitencial y derrochador de energías fósiles. El giro de la llave del portal, y la apertura del buzón. Las cartas de los bancos y los folletos de los súper del barrio han acogido a nuevos amigos. Sobres con propaganda electoral. Lo de siempre, aunque algunas siglas han evolucionado desde el clásico y austero diseño tipográfico hacia la recreación de escenas que se posicionan entre los tebeos de Mortadelo y Filemón y los cómics de estilo manga.
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Una recreación en plan historieta del sobre de iconografía en mixtura progre e infantiloide (en el dibujo y en el texto, por simplón y simplificador), cuyos promotores, ya en caía libre, llevan un tiempo poniéndose morados a sueldos públicos y subvenciones de todo tipo, y sustentan su publicidad y su propaganda, conceptos que se complementan, en mostrar el nazismo como un motivo de temor actual.
El miedo, sobre todo el infundado, es plenamente efectivo cuando se siembra en mentes en proceso, siempre inacabado, de maduración. Lo interesante es que, dada su alimentación ideológica en los postulados de las dictaduras que han causado los mayores crímenes contra la Humanidad, las de sesgo comunista, no adviertan en la contraetiqueta de que, como el tabaco, puede matar. Millones de sepulturas otorgarían fehaciencia a la advertencia.
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