Celia Sánchez, brillante y pizpireta como la luz que irradiaba
Tras ser despedida hoy en Valladolid, el funeral por la periodista y actriz se celebra mañana a las 11 horas en la iglesia de San Juan de Sahagún de Salamanca
Alberto de Jesús Landesa
SALAMANCA
Jueves, 31 de marzo 2022, 12:01
Es para mí un privilegio escribirte Celia Sánchez, Celita, compañera, amiga, hermana. Tengo además el orgullo de hacerlo apoyado por tus amigos que, con el sentimiento encontrado de estar destrozados, nos sentimos profundamente afortunados de haber compartido un poco de tu vida, de tu tiempo. Has irradiado tu luz sobre nosotros y sobre todo tu alegría. En una profesión dura, sin tiempos, ni horarios, donde se busca la inmediatez, en esto del periodismo y la comunicación has sabido dar el sosiego y la calma a la información y encontrar las mejores palabras para explicarlo, sin perder la tensión. Has sabido cuadrar el círculo. Eres un ejemplo. Y, por si fuera poco, has cultivado la amistad. Que palabra tan grande y a veces tan hueca. Pues tú, además, ¡la has llenado!
Compartimos pupitre, apuntes y confidencias en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Salamanca durante cinco años, me subiste a las tablas de un escenario y con el empeño de José Luis Losa participé en la creación del grupo de teatro La Máscara, también con Carlos Vicente. Tú te quedaste prendada de esa otra pasión que te ha permitido explorar otros mundos. Nos aventuramos, yo siempre contigo, y con otros cuatro compañeros a vivir y convivir en el mismo piso la experiencia de Madrid: Ana José Pastor, Iñígo Domínguez, Javier Gallego y Carolina Martínez. Fuimos tejiendo juntos las mismas ilusiones profesionales y desarrollándolas por eso siempre estaré en deuda contigo.
Como diría el Dr. Rojas Marcos, Celia era un ángel de los que salvan de las tormentas, de los que prestan apoyo incondicional. De los que te dan seguridad y además te sujetan para que no caigas. ¿no es eso un ángel? Celita fue además una de las precursoras de la televisión local en Valladolid, y esto me gustaría que no se olvidara nunca. Muchos lo desconocen y también me entristece porque es parte de nuestra historia más reciente. Su tenacidad, su empeño, su disposición, su implicación fue esencial para consolidar los inicios de Canal 29 TV allá por septiembre de 1995. Sin apenas medios técnicos, pero con muchas ganas, muchas ganas y apenas dos cámaras de televisión, una máquina de escribir y un fax. Ella supo darle más que dignidad a un proyecto muy difícil. Pero Celia sabía cómo hacer que las cosas difíciles fueran fáciles. Y ponerle una sonrisa. No recuerdo nunca un enfado suyo, una mala cara. Siempre una sonrisa que impedía cualquier reproche, ni imaginarlo. Tampoco había motivos.
Dicen que es fácil escribir sobre lo buena que es una persona cuando no está. Con Celia no. Ella era buenísima en vida. Buenísima no, magnífica. Como un hada de luz que dejaba su polvo de oro en aquellas personas a las que alcanzaba. ¡Tenía un corazón tan grande y con tanto ritmo, que latía con tanta fuerza, que al final pudo con su cuerpo menudo y de apariencia frágil! ¡Era todo vitalidad, energía! Celita era brillante y pizpireta como la luz que irradiaba. Por eso hoy muchos sentimos que el sol ha oscurecido. No será casualidad que hoy nos digan que hay una nueva estrella que se llama Eärendel, aunque no me puedo creer que estés a 12.900 millones de años luz.
No quiero perder la oportunidad de agradecer a Jorge Losada, director de Castilla y León Televisión que rescatara a Celia para su proyecto. Para ella ha sido fundamental esta nueva oportunidad. Con la satisfacción de saber que estaba haciendo lo que más le gustaba hacer en el mundo, junto al teatro: su profesión, la de periodista.
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