Un futuro diferente
«Que para el presidente del Gobierno consiste en prolongar el desgaste del presente hasta el infinito y más allá»
Un futuro diferente. Eso es lo que ha pedido el presidente Sánchez, antes de asegurar que España añadirá 45 millones más a los 2.350 ... millones de euros que piensa gastarse en la lucha contra el cambio climático en 2026. Más o menos lo mismo que se gastará (nos gastaremos) en el Programa Especial de Armamento (PEA), destinado a modernizar aviones de combate, fragatas, drones y carros blindados destinados a otras guerras. Para todo hay, dice, en unos presupuestos generales del Estado que no se van a aprobar nunca, porque ya han dicho los ex socios de ultraderecha nacionalista del Gobierno que no están por la labor de darle su confianza a un presidente que les engaña un día sí y otro también. Y porque el citado presidente también ha repetido por activa y por pasiva que él puede seguir gobernando con Junts y sin Junts, con presupuestos y sin presupuestos. Qué pesadilla.
Un futuro diferente que, según el presidente, empieza aquí y ahora con una ocasión muy concreta: la de convocar nuevas elecciones en Valencia. No para que no vuelva a producirse una nueva dana de las proporciones de la de octubre del 24, que con probabilidad se producirá, ante el crecimiento del desbarajuste climático en todo el mundo, y especialmente en el entorno del Mediterráneo. Sino para que no vuelva a repetirse un despropósito institucional como el que sucedió entonces. Una 'reflexión' sobre lo ocurrido que, tras el cese de Mazón (al que el Estado, a través de su boletín oficial, despide sin agradecer los servicios prestados), sigue su camino en los juzgados, donde deberá comparecer en unos días el portavoz popular Pérez Llorca, el hombre destinado a suceder al temerario irresponsable. Y donde comparecerá también el propietario de El Ventorro, refugio de felicidad en medio de tan terrible tormenta. Si bien por el momento no se esperan instancias ni responsabilidades superiores a la del ya ex presidente de la Generalitat, a pesar de que el Gobierno central estuvo informado de la gravedad del suceso exactamente en el mismo momento que el regional. Como tampoco se espera que comparezcan ni el presidente Sánchez ni ninguno de sus cinco ministros que pedían las Cortes Valencianas para la comisión de investigación del próximo martes.
Un futuro diferente, que para el presidente del Gobierno consiste en prolongar el desgaste del presente hasta el infinito y más allá, mientras la realidad política del país se termina de trasladar de la inactividad del parlamento hasta la hiperactividad de los juzgados, con casos que nunca se acaban de cerrar y que, aunque lo hicieran, no tienen visos de amenazar ni lo más mínimo el actual status quo. La próxima, en territorio Sánchez, la cita de la Audiencia Provincial de Badajoz el 9 de febrero a su hermano David y al líder del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, por el caso de las (supuestas) contrataciones irregulares en la diputación de Badajoz. Después, eso sí, de la nueva comparecencia de Koldo y Aldama en los juzgados, en este caso por el asunto de las mascarillas… Un coro de procesados al que esta semana también se ha sumado, esta vez desde la parte contratante de la otra parte, el celebérrimo novio de la presidenta de Madrid, por fraude fiscal. Ése que tiene al fiscal general del Estado cantando su propia canción del banquillo… Un mal sueño que continúa cada mañana, cuando las radios y las televisiones repiten las noticias que los diarios dieron el día anterior sobre lo sucedido dos días antes.
Un futuro diferente que tiene toda la pinta de ser muy poco diferente de este presente estrafalario, asombroso, inverosímil y rocambolesco. Ni siquiera de llegar a ser futuro alguna vez. Las pesadillas, decía Freud, nos muestran lo que más tememos reconocer cuando estamos despiertos.
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