El buen morir
El dolor no tiene ideología. Todos conocemos casos de personas con nula calidad de vida
El propio nombre da mucha información. Eutanasia significa etimológicamente buena muerte, el buen morir. Se trata de que aquellas personas que consideren que su vida ... es un sinvivir, que su calidad de vida es ínfima, porque no disfrutan, porque no se pueden ni mover, porque no pueden hablar; porque son una carga excesiva para quienes les rodean, se vayan. Si pudieran hacerlo por sí mismos, lo harían, pero no pueden ni adquirir ni suministrarse los medicamentos que les permitan pasar a mejor vida. No se trata de obligar a todo el mundo a seguir el mismo camino, es tan sencillo como que aquellos que ayudan a sus seres queridos al buen morir no se vean como delincuentes.
Tenemos testimonios e historias, desde la inaugural cinematográfica de 'Mar adentro', de Alejandro Amenábar, que cuenta la historia real de Ramón Sampedro, tetrapléjico después de tirarse al mar, que pasó 30 años en una cama sin poder moverse y que necesitó la colaboración de otra persona, Ramona Maneiro, para culminar su deseo de irse. Desde entonces hemos conocido otras historias en las que una mujer pedía a su marido que le ayudara a terminar con su calvario. Se trata de que ese marido no sea considerado un delincuente y tenga que declarar ante la justicia. Nada más. El que quiera seguir viviendo en esa precariedad vital podrá hacerlo, claro.
Hay precedentes de resistencia a leyes que luego han sido consagradas por el uso sin que se haya producido el apocalipsis anunciado. Con la ley del aborto, algunos pensaron que era el final de la familia. No fue así. Las familias siguen existiendo, los que quieren tener hijos los siguen teniendo y aquellos que desean interrumpir el embarazo, dentro de unos plazos y condiciones estrictamente tasados, pueden hacerlo. A nadie se le obliga a abortar. Se organiza la interrupción del embarazo fuera del viaje a otros países, lejos de la clandestinidad, con sus extraordinarios riesgos añadidos.
Pasó con los matrimonios de personas del mismo sexo. También se nos dijo que acabarían con la familia. Bien, las familias no solo siguen vigentes, sino que se han ampliado en sus formas, con hijos en muchos casos de esas nuevas parejas.
El dolor no tiene ideología. Todos conocemos un caso, más o menos cercano, de personas con nula calidad de vida que prefiere desaparecer. Sabemos de los sufrimientos de esas personas que quieren dejar de malvivir para un buen morir que acabe con su tortura y la de quienes les rodean. ¿Es tan complicado establecer que quienes les ayuden a cumplir su deseo no sean considerados unos delincuentes?
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