Brotes verdes
«Hacía años que no veía afirmarse en las plazas de toros de Castilla y León una promoción tan ilusionante de novilleros como la de ahora»
Brotes verdes, o mejor, brotes grana y oro, los colores taurinos por excelencia. «En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte», que ... escribió Balzac en 'La comedia humana', y esa es nuestra situación: a todos los niveles golpeadísimos por la pandemia china, es imprescindible sobreponerse. Pues bien, hacía años que no veía afirmarse en las plazas de toros de Castilla y León una promoción tan ilusionante de novilleros como la de ahora, que ahí están Manuel Diosleguarde, convocado en septiembre a una cita de altura en Las Ventas, Sergio Rodríguez o Mario Navas, retoños nuevos en el árbol tradicional de la Fiesta, los tres (no puede ser casual) formados en la Escuela Taurina de Salamanca.
Toricantanos con expectativas y pueblos que se vienen arriba, encabezados por Cuéllar, «la villa de los encierros», que también va camino de convertirse en la villa de la variedad de encastes, con los temibles cebadas gagos y los santa colomas de Mayoral en los corridones programados a finales de mes; y Guijuelo, cuya feria lleva tiempo al nivel espectacular de su jamón, pero asimismo con Roa de Duero (Burgos), El Espinar o Pedrajas de San Esteban, donde mantienen una apuesta de éxito por los astados de Raso del Portillo. Ojalá tomasen ejemplo los responsables de algunas plazas mayores, en principio obligadas a tirar del carro de la recuperación.
La situación es complicada, pero tierras adentro florecen brotes de grana y oro. Y como decía Chesterton, «la esperanza es poder ser optimista en circunstancias desesperadas».
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