El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. EP
Dados rodando

'Probre' fiscal

«La cantidad de insensateces y majaderías que se están diciendo en los últimos días por botarates diversos da para escandalizarse realmente ante el tono de sectarismo que ha teñido la política de este país medio siglo después de la muerte del dictador»

Antonio San José

Valladolid

Martes, 25 de noviembre 2025, 06:58

Andamos estupefactos, sorprendidos, atónitos, perplejos y sin salir de nuestro menguado asombro tras observar la cantidad de viudas dolientes que le han salido a Álvaro ... García Ortiz después de la sentencia del Tribunal Supremo que le ha condenado a dos años de inhabilitación. El presidente del Gobierno, ministros, miembros del PSOE, dirigentes de Sumar y de Junts, periodistas del equipo de opinión sincronizada, almas nobles y doncellas, veteranos y noveles… media España, en suma, es un '¡Ay!' lastimero como si, de repente, la democracia hubiera quedado suspendida del aire incierto de la indignidad y la involución más absoluta. Además, proclaman escandalizados, pidiendo las sales para conjurar el ataquín, ¡se ha dado a conocer el fallo un 20-N! Qué osadía. Esto es puro 'lawfare', golpismo, fascismo, nazismo, falangismo de los que no van en coche y la prueba clara de que existe una conjura universal de necios en contra de un gobierno progresista, feminista, ecologista y chupiguay al que de nada ha servido anunciar su fervor por 'Lux', el último disco de Rosalía, y enviar a su presidente, vestido de John Travolta en 'Grease', hasta Prado del Rey para confraternizar con los colegas de Radio 3. Tanto esfuerzo para nada.

Publicidad

Si a uno tuviera que juzgarle alguien alguna vez, no duden de que elegiría a los magistrados de la Sala Segunda como garantía de que iba a ser tratado con arreglo escrupuloso a la ley. Lo siento por algunos, pero es mi convicción basada en el conocimiento de sus trayectorias y en un cierto trato personal con algunos de sus miembros, juristas que me infunden el mayor de los respetos. A don Álvaro, no he tenido el gusto de conocerlo, pero creo que los hechos están claros cuando existe una prueba inequívoca, una 'pistola humeante' en forma de nota de prensa cuya autoría hizo suya públicamente para general conocimiento: «He sido yo, la he redactado yo», manifestó; y en sede judicial, en el mismísimo Palacio de las Salesas, su directora de comunicación no le dejó por mentiroso porque admitió, quizá con cierta humillación, que el texto se lo había dictado (tal cual) su jefe, o sea, don Álvaro, o sea, el mismísimo fiscal general del Estado del Reino de España. Esa nota contenía datos privados de un particular cuyo secreto el emisor de la misma tenia el deber de custodiar, y no lo hizo «porque había que ganar el relato», según dijo. Por tanto, no hay más preguntas, señoría.

Si lo sabían tres o trescientos no es cuestión que se juzgue en este caso, tampoco se ha tratado de una causa general contra el periodismo, por mas que algunos hayan sobreactuado histriónicamente como malos actores. La cosa es otra y está clara por mucho que se quiera retorcer. El fiscal ha actuado en realidad como el ministro 23 del Gobierno y como tal era tratado por su jefe, Pedro Sánchez. «¿De quien depende la Fiscalía?», dijo en Radio Nacional. Pues eso.

Ahora, cometida la fechoría, cada cual debe asumir su responsabilidad sin echarle la culpa a Franco ni al empedrado. La cantidad de insensateces y majaderías que se están diciendo en los últimos días por botarates diversos da para escandalizarse realmente ante el tono de sectarismo que ha teñido la política de este país medio siglo después de la muerte del dictador. Gente perdida que anda preguntándose cómo ha podido ocurrir. Y también, como el grupo musical Triana Pura con aquel Miguel, «qué le estará pasando al 'probre' fiscal que hace mucho tiempo que no sale». Así las cosas, Cándido es ya el ultimo recurso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad