Europa planta cara a Sánchez
«La Comisión ha iniciado una vía para frenar el aval del Constitucional a la ley de amnistía al entender que choca directamente con el Estado de derecho y que el Gobierno no busca con ella fomentar el interés general, sino la impunidad de sus socios de investidura»
Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que Pedro Sánchez se erigía como el niño bonito de Europa y, especialmente, de la presidenta de ... la Comisión, Úrsula von der Leyen. Las fotografías de besos arrobados y sonrisas de complicidad llenaban los periódicos para demostrar que el presidente sí era profeta fuera de España. Hasta tal punto llegó la cosa que se barajó seriamente su candidatura a la presidencia del Consejo Europeo, ya que por turno le correspondía a un socialista. Al final, la plaza la ocupó el expresidente de Portugal, Antonio Costa y Sánchez continuó en la Moncloa para desesperación de muchos que le daban por amortizado en pro de la política de la UE.
A fecha de hoy, las tornas han cambiado y Europa ha decidido romper el hechizo y cantarle los cuarenta a nuestro país y a su presidente. La Comisión ha iniciado una vía para frenar el aval del Tribunal Constitucional a la ley de amnistía al entender que la normativa choca directamente con el Estado de derecho y que el Gobierno no busca con ella fomentar el interés general, como dice, sino la impunidad de sus socios de investidura que, a mayor abundamiento, participaron de forma tan activa como escandalosa en su redacción exculpatoria. Un contratiempo con el que no contaba el Ejecutivo y que no deja precisamente en buen lugar nuestra imagen ante el resto de nuestros socios europeos.
La OPA del BBVA al Sabadell es otro motivo de enfrentamiento de la Unión Europea con España, ya que la Comisión, otra vez Von del Layen, no ve absolutamente «ninguna razón» para que el Gobierno bloquee, impida o ponga condiciones inasumibles a la operación. «Nuestra expectativa», afirma, «es que el Ejecutivo español se alinee con las decisiones favorables de las autoridades competentes». Estamos, pues, ante otro frente de confrontación con las instituciones comunitarias que no entienden las trabas del Consejo de Ministros a una decisión propia del libre mercado sobre la que tendrían que decidir los auténticos propietarios del banco catalán, esto es, sus accionistas.
Pero hay más. La Alianza Atlántica, encargada de la defensa integral de Europa, teme, en palabras de su secretario general, el holandés Mark Rute, que la OTAN tenga que enfrentarse a Rusia en un conflicto bélico en el transcurso de cinco años. Es por ello que debe prepararse para aumentar drásticamente sus capacidades militares en lo referente a apoyo logístico, vehículos blindados, carros de combate, munición de artillería, suministros de transporte, apoyo sanitario y un incremento del 400 por 100 en su capacidad de defensa aérea y antimisiles. A todo esto hay que sumarle un millón más de proyectiles de artillería adicionales, lo que hace indispensable la aportación del 5% del PIB de todos los socios, también de España. Pedro Sánchez se muestra radicalmente contrario a esta exigencia sobre la que Rutte, y, especialmente, Donald Trump, no tienen ningún genero de dudas. Hoy, en La Haya, Sánchez se ve las caras con el mandatario estadounidense, el jefe de la NATO y los jefes de Gobierno de sus países miembros. Tras el acuerdo alcanzado 'in extremis' el pasado domingo para gastar solo un 2,1% del PIB en defensa, todos los países se han mostrado muy molestos con las reticencias españolas al aumento presupuestario del 5 por 100 del que España ha escapado por la gatera, dilatando el plazo una década, mientras el resto se dispone a cumplirlo con carácter general.
Así las cosas, los días europeos de vinos, besos y rosas parecen haber pasado, decididamente, a mejor vida.
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