Pirañas en un acuario. Carolina Santos

Piraña

«La ciudadanía desconoce el sistema electoral que lleva cuatro décadas con nosotros»

Hoy, mientras los carteros de Correos cambian a traición los votos, Indra en persona se dirigirá a los colegios electorales, a todos a ... la vez, como una Reina Maga de los pucherazos electorales, a contar los votos a mala fe, para que gane el contubernio Soros-Gates y nos inoculen el grafeno en vena. Y Twitter, esa enciclopedia del desconocimiento absurdo elevado a categoría de gurú de los que se salen del rebaño, será el único medio verdadero que señalará el camino del fraude. ¡Sigamos al bisonte!

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Perdonen la distopía, debe ser el calor, que se suma al 'air conditioned catarro' y a tener que trabajar en jornada de reflexión y me derrite la neurona.

Es lo que tiene meterte dos campañas electorales, con sus precampañas y sus prepactos, pactos y postcoitos sin amor, y comprobar que una de las grandes carencias de esta nuestra democracia imperfecta es que la ciudadanía desconoce el sistema electoral que lleva con nosotros cuatro décadas. Pasa de D'Hont y de la Junta Electoral, que total para qué. Y se traga a cucharadas cualquier patraña de esas que llegan en cadenas de Whatsapp, de Telegram o de la última aplicación de red sociópata que alcance el estrellato de la desinformación.

Lo peor es que, en ese contexto, las fuerzas políticas han estado muy lejos de comportarse como sus ciudadanos necesitan. Algunos han alentado dudas, han preparado el terreno para el 'por si acaso', no sea que la realidad electoral les ponga patas arriba los sondeos internos. Y eso es como alimentar a las pirañas en una bañera a ver si cuando crezcan se comen a los otros. Una advertencia para despistados: las pirañas, cuando al fin crecen, no se contentan con un mordisquito. Lo devoran todo.

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