Nuestra voz más alta, más clara y más fuerte

35 años después, el miércoles pasado, una amplia mayoría respaldaba el pacto de Estado contra la violencia de género. El futuro no se espera, se construye. En 50 años de libertad, España se ha convertido en el cuarto país, según el Índice Europeo de Igualdad.

Hoy, 8 de marzo, las y los feministas saldremos a la calle a reivindicar que la igualdad garantiza la justicia social. Este año alzaremos además 'Nuestra voz más alta, más clara y más fuerte', como reza la campaña del ministerio.

Más alto para que nos escuchen quienes quieren recortar los derechos de las mujeres, más claro para que se nos unan aquellos a los que han mentido sobre el sentido de esta lucha, y más fuerte para que resuenen todos los logros conseguidos y los que nos quedan por alcanzar.

Llegamos a este 8M esperanzadas con una Ley de Paridad recién aprobada y un renovado pacto de Estado contra la violencia de género. Nos rearmamos para luchar contra nuevas realidades, nuevas formas de agresión y de ataque del machismo. 462 medidas para avanzar en igualdad y luchar contra la violencia vicaria, la violencia digital o la violencia económica.

Este acuerdo nos hace sentir orgullosas, porque en medio de un retroceso global, de un momento de encrucijada, España da ejemplo y demuestra que se pueden alcanzar grandes acuerdos en beneficio de la comunidad y a favor del enriquecimiento de nuestra democracia.

El auge de la extrema derecha y la proliferación de mensajes negacionistas nos han llevado a estar en un momento histórico de retrocesos en derechos que creíamos conquistados. Una ola reaccionaria que sólo se combate con pasos firmes a favor de la igualdad, en defensa de las mujeres y, en definitiva, en defensa de la democracia sólida y sin violencias.

No podemos dejar de mirar atrás y ver que en nuestro país, no hace tanto, vivíamos en un autoritarismo limitador de los derechos de la sociedad, especialmente de las mujeres. Ahora que se conmemoran los 50 años de España en libertad es preciso recordar que entonces las mujeres estaban obligadas por el Código Civil a obedecer al marido, o que necesitaba permiso para cosas tan cotidianas como abrir una cuenta corriente, solicitar un pasaporte, firmar una escritura pública o cualquier tipo de contrato.

Muchos logros en materia de igualdad son recientes, pero están amenazados de nuevo.

Ante esta encrucijada histórica es imprescindible apostar por la diversidad y la igualdad que, además, no podemos obviar, tienen un efecto reparador y beneficioso para nuestra economía. El talento femenino es rentable y fundamental para el avance de las economías. Prescindir del talento femenino es prescindir de la competitividad y relegar las mejoras y avances económicos.

España da pasos importantes con cifras históricas de empleo femenino. Ahora mismo tenemos diez millones de mujeres trabajando y cotizando. El número de mujeres en desempleo es el más bajo desde el año 2008. Y esas cifras coinciden con un crecimiento histórico que coloca a España como la locomotora económica de Europa.

Caminamos sobre las huellas de las que nos han precedido. Por su esfuerzo y su compromiso es de justicia que levantemos nuestras voces, también por las mujeres que sufren la dominación y negación de sus derechos en tantos lugares del planeta.

Hoy esperamos a todas y a todos los feministas en la calle. No importa dónde, lo importante es estar en el lado correcto de la historia defendiendo la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.

Almudena Grandes ya hablaba del nuevo machismo y apuntaba que «frente al machismo 3.0 es normal que el feminismo se rearme». Un 8M más, aquí estamos y estaremos las feministas, reivindicando «más alto, más claro y más fuerte».