

Secciones
Servicios
Destacamos
Los europeos vivimos, y la mayoría defendemos, la democracia liberal que surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Un modelo político, social y económico que ... empezaron a construir los principales países aliados de Europa Occidental tras los desastres de la guerra. Y que contó con el apoyo de los presidentes de EEUU de la época, el demócrata Truman, que sucedió a Roosevelt, y el republicano Eisenhower.
La democracia liberal europea es un modelo mixto, combinado, sincrético, tanto en lo económico como en lo político. Poco a poco, durante 80 años, ha conseguido un alto nivel en los tres principales valores de las sociedades humanas: 1) libertad, 2) prosperidad, 3) igualdad social. Un equilibrio a tres partes muy difícil de lograr, porque los sistemas sociales suelen reflejar con precisión, y potenciar, los 'defectos' de nuestra naturaleza. El modelo es una forma de término medio aristotélico, que ha dado lugar a un sistema de principios y valores compartidos por la mayoría de europeos. Lo llamamos 'cultura democrática liberal'.
En lo económico, es un sistema de mercado con Estado del bienestar: sanidad, educación, servicios sociales y pensiones para toda la población. Un Estado social que debe saber evolucionar para permitir su sostenibilidad. Y en lo político, es una democracia plural y tolerante en la que conviven ideologías de izquierdas y de derechas. En su conjunto, es un sistema multicolor. Y para muchos ciudadanos, el modelo económico, político y social más avanzado y civilizado de toda la Historia.
El modelo de economía ultraliberal es distinto. Desde el pasado día 20 tiene un nuevo comandante en jefe, el multimillonario Donald Trump. Apoyado por sus amigos multimillonarios propietarios de las redes sociales (que defienden la libre circulación de bulos). Una oligarquía económico-mediática, una plutocracia populista, muy conseguidas. Apoyada también por el club de admiradores sudamericanos y europeos de partidos más populistas y de derecha extrema. Su ideología es otra. Los ultraliberales con frecuencia son 'hooligans' anti-Estado y anti-izquierdas. Nada de términos medios ni de modelos combinados. En lo económico, idolatría del Mercado, nada de Estado del bienestar. Mercado puro y duro. Y en lo político, ni siquiera la socialdemocracia se respeta ni se convive con ella. Nada de pluralidad y tolerancia. El sistema que quieren los ultraliberales es monocolor. ¡Exactamente igual que el que quieren los comunistas y los neocomunistas!, con su idolatría del Estado y su descalificación de la 'cultura liberal'.
Los extremos siempre se han tocado y gustado. En el fondo tienen muchas semejanzas, más relevantes que las diferencias. Una actitud común, una manera de entender el Poder y de actuar. Los extremos ideológicos, sean del color que sean, tienen claros rasgos autocráticos. Una clara tendencia al predominio excluyente. Y se retroalimentan, entran en feedback. Los europeos conocemos bien las consecuencias del bucle entre extremos políticos por lo que sucedió hace un siglo.
La democracia liberal sigue siendo mayoritaria en Europa, pero China, Rusia, los populismos europeos de extrema izquierda y de extrema derecha, y a partir de ahora EEUU, no se lo van a poner fácil en los próximos años y décadas. Si los extremos ganan la partida histórica, la involución política y social, y muy probablemente la confrontación violenta, estarían garantizadas. Esperemos que los europeos del siglo XXI sepan no dejar ese legado a las nuevas generaciones. Esperemos, en fin, que los ciudadanos y partidos que defienden la cultura y la democracia liberales en Europa sepamos reaccionar para preservar nuestro legado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.