Los africanos solo cambian de amos

La sociedad estratégica que China y Rusia escenificaron en los Juegos de Invierno, en vísperas de la invasión de Ucrania, representa un neocolonialismo con garras ... bien aferradas desde hace años en las materias primas y los tesoros minerales de África. A las nuevas potencias, y su inestimable colaboración con las élites locales extractivas, apenas las diferencia de las occidentales el hecho de que estas tengan que observar unos mínimos estándares éticos impuestos por sus compromisos internacionales y sus opiniones públicas. Y si Pekín es el gran impulsor de infraestructuras, Moscú encuentra un enorme espacio estratégico no solo para asomarse al Mediterráneo, sino para proveer a los africanos de cereales a cambio de preciados recursos para productos tecnológicos o de dotar de armas a gobiernos a menudo poco concernidos por las necesidades de sus poblaciones. Desde el comienzo del conflicto en territorio ucraniano, las organizaciones humanitarias alertaron de que la caída de la producción y exportación de trigo encarecería el precio y, en zonas de Oriente Próximo o África oriental, significaría hambre. Y esa es ya la situación de millones de africanos que solo han cambiado de amos.