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Nacho Gallego

Se acabó el tiempo

Desde la Consejería se han alentado y/o consentido maniobras de debilitamiento de la integridad funcional y asistencial de uno de los buques insignia de SACYL como es el Hospital Clínico Universitario de Valladolid

Miguel Holguín

Miércoles, 25 de noviembre 2020

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En el anterior Consejo de Salud de Castilla y León celebrado el 25 de septiembre de 2019, la Consejera nos pidió tiempo para poder trabajar en los temas planteados por UGT. Desde entonces, no solo ha pasado más de un año, sino que, además, se ha acabado su crédito: ni tenemos las 35 horas (que ahora se están retomando para algunos empleados públicos mediante un acuerdo que deja fuera explícitamente al personal de SACYL, de la Gerencia de Servicios Sociales y de Educación), ni tenemos un nuevo modelo de Carrera Profesional que reconozca la profesionalidad de los trabajadores y trabajadoras del Servicio Público de Salud, ni hemos integrado al personal de Área en los Equipos de Atención Primaria, ni se ha reducido la interinidad ni la eventualidad que precariza a nuestros profesionales. Es decir, no se han acometido ninguno de los problemas planteados en el anterior Consejo.

Pero es que, aún hay más, porque desde su Consejería se ha emprendido una huida hacia delante en la demolición de los cimientos de la Atención Primaria en el Mundo Rural con su sempiterno Plan Aliste que no cuenta con el apoyo de nadie, salvo con el empuje del Proyecto de Reordenación del Territorio del vicepresidente Igea. De este Plan ni siquiera se han apeado durante el periodo Covid.

Y aún peor, también desde su Consejería se han alentado y/o consentido maniobras de debilitamiento de la integridad funcional y asistencial de uno de los buques insignia de SACYL como es el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Estas maniobras han estado basadas solo en criterios personales e interesados de miembros de su equipo, nunca en mejoras asistenciales. Y, así, hemos asistido al plan de cierre de la UCI Pediátrica, a la descapitalización del servicio de Radiodiagnóstico, a la imposición de las ECMOs en un hospital que no reúne los requisitos técnicos mínimos para ello, y un largo etcétera.

Y es que, para rematar, consideramos que UGT de Castilla y León ha sido coherente con las situaciones que hemos sufrido en la primera ola del Covid. Fuimos los únicos que pusimos a todos sus delegados a disposición de la administración sanitaria antes incluso del decreto del Estado de Alarma de marzo. No hicimos populismo con la falta de EPIs, porque nos constaban sus ímprobos esfuerzos por dotar de ellos a los profesionales. No pusimos ningún impedimento a la movilización de los recursos humanos ni a las medidas extraordinarias impuestas sobre los mismos. Fuimos tan coherentes que, incluso en la evaluación pública que este sindicato hizo de la gestión de las diferentes Consejerías al finalizar la primera ola (por cierto, la única organización que llevo a cabo este esfuerzo evaluador), a su Consejería le otorgamos un aprobado raspado, pero aprobado al fin y al cabo, porque, pese a sus múltiples sombras, la luz de sus esfuerzos le permitió pasar el curso.

Ahora llega un nuevo periodo, la 2ª ola en la que estamos inmersos, donde por el simple hecho de ser esperada ya no puede ser utilizada como atenuante de su errática gestión porque ni se han aumentado plantillas (solo la presión mediática y sindical consiguió paralizar los ceses de muchos trabajadores que lo dieron todo en la 1ª ola), ni se han organizado recursos (tenemos UVIs cuyas ampliaciones se empezaron a ejecutar casi con la segunda ola a las puertas), ni se ha dado preponderancia a las medidas sanitarias sobre las económicas o políticas hasta que la situación ha sido desesperada. Todo ello ha llevado de nuevo al sistema sanitario de la Comunidad al borde del colapso y a sus profesionales a una suerte de cansancio, hastío, desesperanza y cabreo. Se trata de un coctel explosivo de difícil manejo que demuestra nuevamente que sus palabras de preocupación por nosotros, sus compañeros y compañeras, no van de la mano de los hechos.

Señora consejera, saldremos de esta segunda ola y de las vicisitudes que se puedan presentar posteriormente, porque las espaldas y el compromiso de los trabajadores y trabajadoras de la Sanidad Pública de Castilla y León para con sus conciudadanos es inquebrantable, pero obviamente, usted ya está incapacitada para seguir comandando este barco, y, por eso, desde UGT Castilla y León le solicitamos que presente ya su dimisión en diferido para que, cuando la situación actual esté controlada, otra persona asuma sus responsabilidades.

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