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Liberado gracias a una prueba de ADN tras casi un año en la cárcel por la muerte de su mujer

Su esposa murió acuchillada en enero de este año en su casa de Quintanar de la Orden (Toledo)

J. V. MUÑOZ-LACUNA

Sábado, 29 de octubre 2016, 16:36

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Una prueba de ADN -cotejada con más de nueve meses de retraso- ha sido suficiente para que Francisco Javier Carrión, vecino de Quintanar de la Orden (Toledo), haya salido de la cárcel este fin de semana después de nueve meses y medio entre rejas acusado de haber matado a su esposa a puñaladas. La víctima, Isabel Laureana Cebrián, de 59 años, fue hallada en el domicilio familiar de la calle Moral, de Quintanar de la Orden, en medio de un gran charco de sangre, el 11 de enero de este año, por su propio marido cuando éste regresaba de su trabajo en una gestoría.

La juez titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Quintanar ordenó entonces su inmediato ingreso en la prisión de Ocaña (Toledo) al entender que existían suficientes indicios para pensar que Javier había acabado con la vida de Isabel en lo que se suponía que era un caso más de violencia machista. Y es que Javier cayó en algunas contradicciones en su declaración ante la Guardia Civil, algo que su abogado atribuyó al 'shock' en el que se encontraba tras la brutal muerte de su esposa.

Sin embargo, al cotejar el ADN del detenido con los restos orgánicos encontrados en el lugar del crimen se ha demostrado que Javier no estuvo presente en el escenario del asesinato. Dos aspectos llaman la atención en este caso: por un lado, los casi diez meses que se ha tardado en cotejar estas pruebas; por otro, tanto la familia de Javier como la de Isabel han expresado desde el primer momento su convencimiento en la inocencia del único detenido. De hecho, llegaron a difundir un comunicado en el que sostenían que "no tenemos la más mínima duda de su inocencia".

Lenta investigación

"Ahora esperamos que se abran otras líneas de investigación", ha apuntado José Bernardino Tello, portavoz de ambas familias, en declaraciones a la radio autonómica de Castilla-La Mancha. El portavoz lamenta la lentitud en la investigación de este caso mientras que en otros más mediáticos como el reciente cuádruple crimen de Pioz (Guadalajara) las pesquisas se han cerrado en cuestión de semanas.

Javier se ha trasladado a vivir a la casa de su madre junto a su hijo pero antes de obtener la libertad a través de un auto de la Audiencia Provincial de Toledo ha tenido que abonar una fianza de 20.000 euros. Atrás deja nueve meses y medio de cárcel en los que no ha dejado de recibir visitas de las dos familias a las que despedía entre lágrimas mientras decía que no se explicaba lo ocurrido. Su intención ahora es recomponer su vida y ayudar a esclarecer el caso.

Un posible robo al que Isabel se resistió vuelve a circular por las calles de Quintanar de la Orden, pueblo de 12.000 habitantes, como el móvil de la violenta muerte de esta mujer que era muy conocida en la localidad pues fue concejala en el ayuntamiento e impartía catequesis en una parroquia.

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